Emiliano Suárez nos recibe en ‘Garaje Lola’, la imponente nave industrial que ha convertido en espacio cultural
Emiliano Suárez nos abre las puertas de su último proyecto, su apuesta más personal…Una nave industrial situada en el madrileño barrio de Tetuán donde da rienda suelta a todas sus inquietudes artísticas: música, arte contemporáneo y alta gastronomía. El nombre de este impresionante espacio, de aire industrial, no es casual. Garaje Lola se llama así como homenaje a su madre, Lola.
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«Sí, le puse ese nombre para dedicárselo a mi madre, es un guiño, un mimo», confiesa Emiliano Suárez orgulloso, durante una entrevista con COOL. «Y además es muy español y tiene solera».
«A mis 46 años soy productor, director de escena y ahora me he puesto manos a la obra en este espacio creativo abierto al público, que es un contenedor cultural: música, gastronomía, pintura, eventos… Puede pasar de todo en este espacio», así presenta Emiliano este ambicioso proyecto.
Contenedor cultural
Tres patas fundamentales sostienen este increíble lugar que funciona como contenedor cultural de las inquietudes artísticas de su fundador: música, exposiciones y cocina de autor con Pablo Díez, de Can Deu. Exposiciones de artistas consolidados o no, porque Garaje Lola es una galería de arte y también es un espacio con labor de mecenazgo.
«Es un lugar especial que se ha vuelto estratégico para el arte contemporáneo. Tiene paredes importantes para recoger una gran muestra, y de hecho nos llama mucha gente que quiere exponer aquí», comenta Suárez. Es también un espacio que se alquila para ciertos eventos, amén de una nave industrial reacondicionada para tener una cuidada programación cultural propia. Un garaje que da mucho juego.
Al piano
Suena el piano de cola. Toca Emiliano… «Yo soy un gran amante de la ópera, y la música es la pata más importante para mí, de las tres patas que sostienen este proyecto».
«Todos los meses proponemos un evento musical en nuestra programación de Garaje Lola. Y eso no es nada fácil. El nivel artístico es muy alto. Tener un espectáculo lírico, cien por cien creado y producido por nosotros, es algo muy difícil, y aquí -de ese calado- hacemos unos cuatro o cinco al año. Es como un contenedor de proyectos piloto que luego pueden dar el salto al teatro, o convertirse en un show».
Garaje Lola es una especie de incubadora cultural de vanguardia. «Sí, esa es la idea», explica Emiliano en la entrevista con COOL.
«Yo tengo, desde hace seis años, una productora musical que produce óperas en espacios alternativos, como garajes, colegios… es Ópera Garage. Mi verdadera pasión y mi vocación tardía es dirigir, y ser director de escena».
«Yo he tenido aquí, en Garaje Lola, a José Mercé, sólo con 40 personas», cuenta Emiliano recordando la época de pandemia. Este es un club de socios, pero no es un club al uso. Funciona como espacio de cultura, no como algo social. «Esto es vanguardia pura.. Es Brooklyn… La cultura es un negocio rentable; pero, hay que buscar palancas: membresías, patrocinios y taquilla».
«Todo el mundo es bienvenido a Garaje Lola. Con tan solo dejarnos un email puedes estar informado de la programación cultural que ofrecemos y es un lugar donde hay gente que se ha descubierto a sí misma. Es un plan diferente, y estupendo». Plan cultural y gastronómico, con cenas sorpresa que arrasan, entre los socios y no socios.
De la joyería a su sueño
«Yo no soy joyero», confiesa sonriente Emiliano para evitar confusiones. Pertenece a la saga de la familia de joyeros Suárez, pero su amor por el arte y la música le han llevado hasta este lugar donde da rienda suelta a sus inquietudes culturales. «Llegar hasta aquí fue un largo proceso. Tras 20 años en la ejecutiva de la empresa familiar, pensé que era el momento de salir… De cambiar». Y así lo hizo.
«La empresa, joyería Suárez, se profesionalizó para bien-continúa- y ahí lo vi claro. Mi familia lo entendió bien, aunque a mi padre le costó un poco. Y emprendí mi propio camino. Un camino nada fácil, porque además me costó mucho que me tuvieran en cuenta. No me quejo, porque tengo un negocio muy sujeto, pero yo aspiro a mucho más; tengo más proyectos y eso a veces, incomoda. Hay prejuicios injustos que me condicionan… Pero yo, sigo adelante».
«Yo voy a seguir por aquí, tengo alma creativa y espíritu inquieto. Me siento cómodo, estoy formado y voy a seguir por este camino que he emprendido. ¡Para dirigir ópera,… no tendría demasiados rivales!», confiesa Emiliano Suárez, con tono de reto.
Apasionado por la música lírica y por el arte, Emiliano Suárez en Garaje Lola dice haber encontrado su lugar en el mundo. Al menos, de momento. Y da la bienvenida a quien quiera compartirlo con él.