Cada verano, Cuenca se viste de gala para celebrar uno de los eventos más emblemáticos de sus fiestas patronales: el Concurso Nacional de Saltos, una cita que combina tradición, deporte de élite y un fuerte compromiso social. Con casi siete décadas de historia a sus espaldas, esta competición hípica no sólo es una de las más veteranas del calendario español, sino también una de las más queridas por jinetes, amazonas y aficionados de todo el país.
Organizado por el Club Deportivo Cuenca a Caballo y respaldado por instituciones como la Real Federación Hípica Española, la Diputación Provincial de Cuenca y los ayuntamientos de Cuenca y Tarancón, el concurso celebra en 2025 su 69.ª edición. Y lo hace con el mismo espíritu con el que nació en los años 50: acercar el mundo ecuestre a la ciudadanía, dentro del ambiente festivo de San Julián.
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El Concurso Nacional de Saltos de Cuenca es mucho más que una competición. Es una celebración del deporte, la comunidad y los valores que unen a las personas. Año tras año, demuestra que la hípica puede ser una herramienta de cohesión social, un ejemplo de igualdad –donde hombres y mujeres compiten en igualdad de condiciones– y una fuente de orgullo para una ciudad que ha sabido cuidar y proyectar su legado ecuestre hacia el futuro.
Durante varios días, el recinto de La Hípica se convierte en el epicentro de la emoción. Más de 2.000 personas diarias disfrutan de las pruebas, donde se dan cita algunos de los mejores jinetes del panorama nacional e internacional. Con categoría tres estrellas, el concurso representa un verdadero reto técnico y un espectáculo visual que mezcla precisión, elegancia y adrenalina.

Pero lo que hace especial al Concurso Nacional de Saltos de Cuenca va más allá de lo deportivo. El evento ha sabido construir un vínculo profundo con la ciudad, apostando por la inclusión y la solidaridad. Desde hace años, parte de los beneficios se destinan a apoyar causas sociales locales. En esta edición, la protagonista será la Asociación Parkinson Cuenca, una entidad que trabaja incansablemente desde 2013 para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por esta enfermedad.
Además de una donación económica procedente del Pequeño Gran Premio –una de las pruebas estrella del concurso–, la organización ha reservado este año 14 pases VIP para que socios de la asociación y sus acompañantes vivan el evento desde un lugar privilegiado. Una forma de integrar realmente a los beneficiarios en el corazón del espectáculo, dándoles visibilidad y reconociendo su lucha diaria.
Otra novedad destacada de este año es la incorporación de las apuestas digitales, una evolución natural de una tradición muy arraigada en Cuenca durante las ferias. Esta iniciativa no sólo moderniza la experiencia del espectador, sino que también mejora la seguridad y facilita la participación del público.