La Reina Sofía da nombre y es presidenta de Honor del conservatorio privado de música más importante de España: la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Un centro académico creado hace más de 30 años gracias al empeño personal de Paloma O’Shea, su presidenta fundadora. ¡Bienvenidos a la Escuela Superior de Música Reina Sofía!. En COOL hablamos con Julia Sánchez, su directora general, para celebrar este aniversario.
La excelencia
Un profesor por cada dos alumnos para conseguir la excelencia y formar así embajadores de la música. Ese es el espíritu. En total, 150 alumnos, minuciosamente seleccionados por su talento, reciben cada año formación gratuita en la Escuela de Música Reina Sofía de Madrid.
Más de 300 conciertos al año que dan los propios alumnos de esta escuela. Alumnos que estudian duro durante cuatro años, prolongando la vida del aula al escenario.
«La escuela nació porque Paloma se dio cuenta, hace más de tres décadas, de que no había músicos españoles buenos que llegaran a la final del concurso de piano de Santander que ella organizaba«, explica Julia Sánchez. Y así comenzó la escuela, en un chalé de Pozuelo, en Madrid, como recuerda la propia presidenta.
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Doble misión
«Todo en la escuela está dirigido a ese fin: la selección de profesores y alumnos únicamente por su mérito, la libertad del profesor para diseñar un plan académico personalizado para cada alumno, la intensidad de la convivencia, la consideración del escenario como prolongación del aula, la importancia de la música de conjunto y la búsqueda de fórmulas para acercar a la sociedad el gran poder transformador de la música».
Una doble misión -escrita en piedra- que sigue vigente más que nunca.
Julia Sánchez
Desde 2014, Julia Sánchez es CEO de la escuela. El impacto social, cultural y educativo ha sido el eje de sus 15 años de trayectoria profesional. Ha impulsado la transparencia, ha modernizado el sistema de mecenazgo, ha priorizado las iniciativas sociales y ha puesto en marcha un novedoso Programa de Emprendimiento Musical.
Estudió ICADE y cursó dos años de piano. Su principal reto cada año es conseguir un presupuesto anual de más de 8 millones de euros (con financiación público- privada).
«La Escuela comenzó con la misión de desarrollar el talento de los músicos y la de acercar la música a la gente», explica Julia.
–Pregunta: ¿Una doble misión fundacional que sigue totalmente vigente?
–Respuesta: 30 años de logros y resultados y estamos orgullosos precisamente por ello. Recibimos unos 30 jóvenes nuevos con mucho talento (de los 150 que cursan estudios en la Escuela) que vienen cada año, de distintas nacionalidades, que aprenden música para que puedan tener un empleo en el futuro. Y el segundo objetivo, que es acercar la música a la gente, también sigue intacto.
Embajadores musicales
«Hace 30 años comenzó cuando Paloma O Shea fue consciente de que no había españoles que llegaran a la fase final del concurso de piano de Santander que ella misma organizaba, pues le extrañó y ese fue el origen de crear la Escuela para que quienes quisieran tener una carrera de éxito en la música no tuviesen que irse al extranjero» cuenta Jualia.
«A raíz de ahí se creo en el 91 y fue importantísimo el apoyo de la reina doña Sofía. El valor fue atraer y desarrollar talento: 150 músicos de 30 naciones y seleccionados por proceso audiciones. Se les desarrolla su máximo potencial y terminan sus estudios preparados para tocar en la mejor orquesta. El segundo pilar es la innovación. Hay que mejorar constantemente.. Paloma quería hacer la mejor escuela, no una más» cuenta Julia. Más de 800, con magnificas carreras, comenta Paloma O ´Shea.
Cada alumno participa en unos 20 ó 30 conciertos al año «que le hacen perder el miedo al escenario. Y también es importante que sean embajadores de la música, por ello hacemos formación integral. Desde hace 5 años hemos impulsado también un programa de emprendimiento social».
-¿Va más allá de la música culta, lírica, clásica?
-Sí, nuestro repertorio es clásico en su mayoría, pero tenemos conciertos variados porque hay que llegar a todo tipo de publico. Para jóvenes, hacemos afterworks, concierto también para niños, y a veces , jazz.
«Tanto atraer talento como desarrollar talento. Queremos ser una escuela de máxima calidad independiente de los recursos de nuestros alumnos y que consigan un empleo», explica Julia.
«La música me encanta y cada día la disfruto más, por eso creo que hay que acercarla, y así resulta difícil no enamorarse» confiesa Julia en su camino hacia la biblioteca.
-¿El mayor éxito de la escuela ?
-Es conseguir que el 99 por cien de nuestros alumnos tengan un empleo dentro de la música y estamos orgullosos de ello. Los profesores aquí no tienen edad de jubilación . ¡Algunos profesores siguen incluso con 80 años!. La música da vida.
Biblioteca con vistas
En la última planta del edificio que alberga la sede de la Escuela ubicada en el corazón de la capital de España, hay una enorme biblioteca llena de tesoros y con maravillosas vistas al Palacio Real y al Teatro Real de Madrid. En breve, la sede crecerá y se ampliará con 5.000 metros, del edificio contiguo cedido por el Ministerio de Cultura.
«La mayoría de alumnos vienen aquí buscando partituras para estudiar «, explica África, la responsable. «Tenemos un archivo digitalizado también muy importante», añade Julia.
Partituras, discos de vinilo, colecciones de CDs y libros que son joyas para amantes de la música que están diligentemente custodiados en este lugar que los atesora para la posteridad. «Recibimos muchas donaciones», comenta la responsable.
«No es una carrera con muchas salidas.. pero cuando te metes en la Escuela , te das cuenta que si tienes ganas y talento, !al final lo consigues¡», concluye Julia con una gran sonrisa de satisfacción. La música es sin duda un estilo de vida propio que aprende en esta Escuela con dedicación y talento un selecto grupo de estudiantes.