Si cada vez que te despiertas ves un pelo en la almohada y sientes como si te clavaran una estaca en el corazón tienes que conocer el tratamiento PRP. Lo mejor es ponerse en manos de un experto y que valore las posibles soluciones a la pérdida del cabello y cómo regenerar lo perdido. Hay multitud de tratamientos alternativos al injerto capilar, y el PRP es uno de los más eficaces. El Plasma Rico en Plaquetas, más conocido como Rico en Factores de Crecimiento, frena la caída del cabello y potencia su rebrote. Te contamos todos los aspectos a tener en cuenta sobre esta técnica que ya está implementando en muchas clínicas capilares.
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Los expertos estiman que cada día perdemos entre 50 y 150 cabellos de manera natural, ahora bien, ¿cómo saber si se está perdiendo más de lo normal? Los expertos hablan de realizar la prueba llamada signo de la tracción o de Sabouraud que consiste en estirar suavemente del cabello para comprobar cuántos cabellos se desprenden. Más de dos o tres cabellos podría indicar una pérdida más alta de lo normal.
Beneficios
El trasplante capilar, aunque es la solución efectiva a la recuperación del cabello, no todas las personas son aptas a este tratamiento. CapilClinic explica que este no se puede hacer «mientras el cabello siga cayéndose, por lo que hay que esperar que la alopecia se haya estabilizado». El Plasma Rico en Plaquetas frena la caída del cabello y hace que el pelo perdido vuelva a salir.
EL PRP «no ayuda a que crezca pelo nuevo en una zona donde antes no lo había», aclaran desde la clínica y añaden que «fortalece el cabello desde la raíz mejorando sus condiciones y evitar que se siga cayendo».
¿Qué es el PRP?
El PRP se obtiene directamente de la sangre del paciente y después se selecciona mecánicamente la parte que interesa para este tratamiento: las plaquetas. Estas poseen ‘factores de crecimiento’ que promueven la regeneración. Esta se inyecta con agujas finas por toda la superficie a tratar.
Desde Insparya, la famosa Clinica capilar de Cristiano Ronaldo, explican que «en general se suele dar una sesión cada tres meses, sobre todo el primer año; después se recomienda hacer una o dos sesiones de mantenimiento al año, pues los resultados suelen durar entre seis y doce meses».
