Que Pete Davidson haya sido el centro de todas las noticias nacionales e internacionales por reaparecer sin un solo tatuaje, podemos entenderlo. Sobre todo teniendo en cuenta el sorprendente cambio y la aparente facilidad con la que ha conseguido eliminar la tinta (que no era poca) de su piel. A parte de por los 200.000 dólares que invirtió en el tratamiento. Pero, ¿alguien ha pensado en lo que ha sufrido su piel durante el proceso?
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Pete Davidson, el gran cómico estadounidense conocido en parte por sus relaciones con Ariana Grande o Kim Kardashian, tenía una característica: que su cuerpo estaba completo – y, sí, en todo lo que puede abarcar la palabra – de tatuajes. En 2021 ya habló en el Late Night with Seth Meyers de su intención de hacerlos desaparecer, para poder lanzar su carrera como actor. «Lleva como tres horas cubrir todos mis tatuajes. Por alguna razón, en las películas la gente no los tiene tanto», afirmaba. Y de repente, de la noche a la mañana, lo consiguió, eliminando todo rastro de color en su cuerpo y haciéndolo público a través de una campaña con la firma de moda Reformation.

Por si alguien lo había dudado, eliminar un tatuaje no es un procedimiento precisamente rápido e indoloro. Más bien, es todo un reto, en palabras del Dr. Antonio Fustes, médico estético y dermatólogo de las clínicas Dorsia. El propio Pete Davidson reafirmó estas palabras refiriéndose a que, al quitarse los tatuajes, es peor el remedio que la enfermedad: «Tienen que quemarte una capa de la piel, y luego tiene que sanar de seis a ocho semanas sin que te dé el sol». Así tantas veces como sean necesarias. Lo que sucede «es que el láser fragmenta la tinta del tatuaje, y eso puede generar una ligera irritación en la epidermis, similar a una quemadura superficial» explica Monserrat Quirós, directora de la clínica de Medicina estética Monserrat Quirós.
¿A qué riesgos sometemos a la piel cuando queremos eliminar un tatuaje?
Si no elegimos un buen tratamiento para la eliminación de un tatuaje, las consecuencias pueden pasar de la obtención de un resultado satisfactorio a obtener un resultado desastroso. La Dra Chacón, CEO y Directora médica de CCH Privé, explica que «la eliminación de tatuajes con láser implica un proceso controlado en el que la piel sufre un estímulo térmico y fotoacústico para fragmentar los pigmentos. Este procedimiento genera una respuesta inflamatoria natural que se manifiesta como enrojecimiento, hinchazón y, en algunos casos, formación de costras superficiales».

Cuando se realiza con tecnología adecuada y bajo supervisión médica, no debería tener consecuencias negativas. «Mi recomendación es siempre buscar centros especializados con personal cualificado (dermatólogos, médicos estéticos con experiencia en el campo…) que cuenten con equipos avanzados, como láseres nanosegundo, picosegundo o Q-Switch, para asegurar un tratamiento seguro y efectivo», afirma el Dr Fustes. En caso contrario, las consecuencias pueden ir desde la eliminación parcial de tatuaje hasta la infección o la necesidad de intervención quirúrgica.
Por eso, Monserrat Quirós incide en la importancia de ponerse en manos de profesionales para llevar a cabo este tratamiento puesto que, en caso contrario, «puede haber riesgos como cicatrices, alteraciones en la pigmentación de la piel o incluso infecciones». Además, la Dra. Chacón explica que la falta de un protocolo personalizado puede derivar en una eliminación incompleta del tatuaje o en un proceso más prolongado y agresivo para la piel.

¿Todos los tatuajes responden igual al tratamiento?
Más allá de las características de la piel, hay un factor bastante decisivo para determinar la prolongación o el éxito del tratamiento: la tinta con la que se realiza. El Dr. Antonio Fustes incide en que hay colores como el rojo, «pueden provocar reacciones inflamatorias, de rechazo o alergias, que solo desaparecen con la eliminación del pigmento». En los casos más graves, «esto puede requerir un procedimiento quirúrgico para sustituir el tatuaje por una cicatriz, para eliminar esa zona de la piel pigmentada debido a que muchas veces, el láser no logra eliminar la tinta por la propia inflamación en la zona, lo que impide la efectividad del tratamiento», añade. Siendo esta la opción en los casos excepcionales en los que el tratamiento láser no es efectivo.

¿Cómo puedo ayudar a la cicatrización de la piel?
Como en todo procedimiento de este calibre, explica la Dra. Chacón, «el éxito de la recuperación depende de un buen cuidado post-tratamiento». Más aún, dada la gravedad de las lesiones a las que se somete la piel. Una vez se realiza el procedimiento, añade el Dr. Fustes, «en ocasiones se produce una escarificación, es decir, una especie de quemadura, vesiculitas, que si no se cuidan adecuadamente pueden dejar cicatrices o marcas difíciles de desaparecer».
Para prevenirlo, en la clínica Monserrat Quirós aconsejan «mantener la zona limpia, evitar el sol directo, aplicar cremas o geles recomendados para calmar la piel y favorecer la regeneración. Además, es muy importante que eviten rascarse o frotarse». En estos casos, lo ideal a la hora de elegir una crema para tratar las cicatrices es que sean curas “húmedas”, explica el Dr. Fustes. Es decir, «que el tatuaje esté permanentemente cubierto por la crema, para evitar que se seque y que las costras formadas dejen cicatrices permanentes».