Agosto. Ese mes donde todo se ralentiza, el móvil se llena de fotos en bikini, la piel huele a sal y los días transcurren entre planes improvisados y baños eternos. Pero hay un accesorio que no se toma vacaciones, que lo mismo te acompaña en un barco frente a Formentera, que en un paseo urbano con sandalias y vestido de lino. Hablamos de los capazos, ese bolso todoterreno que vuelve cada verano reinventado, más estiloso y más versátil que nunca.
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El accesorio del verano: los capazos
Durante décadas, el capazo fue un complemento funcional que llevaban las mujeres al mercado para hacer la compra. Fabricado en fibras naturales como palma, esparto o rafia, su estructura resistente y su capacidad lo convirtieron en el bolso más práctico del verano.
Hoy, ese aire rústico y nostálgico se mezcla con diseños de alta costura, personalizaciones únicas y guiños fashionistas que lo transforman en un icono de estilo.

Firmas como Loewe, con su icónico capazo en rafia con el logo en piel, han elevado este accesorio a la categoría de objeto de deseo. Otras como Céline o Ba&sh apuestan por versiones más bohemias o minimalistas, con líneas depuradas, detalles artesanales y ese je ne sais quoi francés que evoca las tardes eternas en la Costa Amalfitana o un paseo por Saint-Tropez.
Desde acabados en cuero hasta bordados sutiles o asas trenzadas, estas marcas demuestran que el capazo puede ser el protagonista del look sin perder ni una pizca de sofisticación.

Para la playa: estilosos y espaciosos
Cuando se trata de bajar a la playa, el tamaño sí importa. Necesitamos un capazo amplio que quepa la toalla XL, la crema solar, un libro, gafas de sol, pareo y —por qué no— una botella de vino bien fresquita.
En este terreno ganan los capazos clásicos de fibra natural con asas largas, que se pueden colgar cómodamente al hombro. Los modelos con forro interior y cierre tipo saco también son un acierto: evitan que entre la arena y protegen tus pertenencias si empieza a soplar el viento.

Este verano 2025, firmas como Sézane, Longchamp o Jacquemus apuestan por capazos de estética mediterránea con un giro sofisticado: detalles bordados, siluetas estructuradas y materiales nobles que elevan lo artesanal a categoría de lujo.
Son perfectos para quienes buscan un look relajado pero chic, como recién salido de un editorial en la isla de Capri o una escapada en barco por la Riviera francesa.

Para el barco: elegancia y funcionalidad
Si tu plan de agosto incluye navegar por aguas turquesas, necesitas un capazo con un punto más sofisticado. Aquí triunfan los diseños minimalistas, en tonos neutros, con detalles en cuero o hebillas metálicas.
El objetivo es combinar funcionalidad y estética marinera, sin renunciar al glamour que exigen las cubiertas.

Algunas marcas como Ferragamo, Zadig & Voltaire o Yves Saint Laurent lanzan ediciones especiales para el verano, con capazos de piel trenzada, rafia teñida a mano o detalles metálicos, ideales para conjuntar con un kaftán de seda o un bañador con escote halter.
Además, los modelos con doble asa —una corta y otra larga— permiten llevarlo en la mano o colgado al hombro, algo esencial si vas a saltar de la lancha al muelle con una copa de champán en la otra mano.

Capazos en la ciudad: urbano y mediterráneo
¿Y si agosto te pilla en la ciudad? Tranquila: el capazo también tiene su hueco en el asfalto. De hecho, se ha convertido en el aliado perfecto para estilismos urbanos con un toque estival.
Combínalo con un vestido camisero, sandalias planas y gafas XL y tendrás un look effortless que funciona igual de bien para ir a la oficina en horario reducido como para una cena en una terraza escondida.

Las versiones mini son clave en este contexto. Firmas como Paris 64, Chloé o Hereu reinventan el capazo en versiones pequeñas y estructuradas, muchas veces con asa rígida, detalles en metal o acabados en piel.
El resultado es un bolso híbrido entre lo artesanal y lo contemporáneo, ideal para quienes no quieren renunciar al estilo veraniego ni siquiera en un entorno 100% urbano.
