Cada vez se recurre más a inversiones en los diferentes mercados. Antaño sonaba como algo que solo estaba al alcance de unos pocos, pero ahora se ha popularizado de una forma masiva y está al alcance de cualquiera. Bonos del Estado, oro, bitcoins, podemos hablar de cientos de modalidades de inversión pero ¿y el lujo?, un pensamiento que no pasa por cualquier cabeza y, para muchos, puede suponer una idea disparatada y difícil de gestionar, pero es así. El lujo puede ser una inversión muy rentable, de tal forma que el retorno de la misma es prácticamente inmediato si el item en cuestión es revendido casi al momento.
En la actualidad, la inversión más segura del lujo viene de la mano de la marca Hermès, la casa francesa especializada en marroquinería, que tuvo unos comienzos muy diferentes a lo que es hoy. Thierry Hermès fundó la marca como un taller de arneses, ubicado en el barrio Grands Boulevards de París, dedicado a abastecer a los nobles europeos. Su objetivo era fabricar las bridas y arneses forjados más finos de la industria del transporte, pero tardó varios años en crear diseños originales. No sería mucho más tarde, en 1922, cuando diseñarían su primer bolso de mujer. Todo ello nos lleva al dato único de que la artesanía es la principal premisa de la maison francesa.
Muchas piezas de firmas de renombre se revalorizan en el momento de su compra, pero también es muy difícil llegar hasta ellas, llevándonos esta definición hasta uno de los principales objetos de deseo del mundo de la moda, el modelo Birkin de Hermès. Seguro que te estarás preguntando, por qué un bolso que puede comenzar con un precio de miles de euros y pudiendo llegar a alcanzar el medio millón de euros, ¿es rentable?, la respuesta es si, la cuestión es el por qué y vamos a analizarlo.
Hermès ha cerrado el camino hacia el Birkin bajo llave y solo la casa decide si dártela o no, es decir, ahora mismo solamente puedes adquirir una de sus preciadas piezas si ellos deciden vendértela o si eres cliente de alto gasto en la marca.
Su exclusividad viaja bajo el paraguas de su propia alquimia, es decir, sus productos beben de líneas limpias, precisas y puras pero, sin embargo, si hay algo que marca la diferencia y convierte a Hermès en esa marca inusitada dentro del mercado de la marroquinería de lujo, es su firme creencia en que la verdadera innovación técnica se hace a mano, no a máquina. Además, sus artesanos pasan un periodo de 18 meses en formación y comienzan su andadura fabricando el modelo Kelly, que es el más complicado de fabricar, para luego fabricar la joya de la corona. Por todo ello, podemos asumir que sus bolsos se consideran imortales.
El precio de salida de estas piezas comienza en unos diez mil euros, recordando siempre que la firma haya dado el beneplácito a su venta, sin obviar la larga lista de espera que puede llegar a alcanzar los dos años, para tener este bolso. Buena estrategia, ya que al no estar al alcance de todos es un must have para todo tipo de clientela, sobre todo alta sociedad, ya que demuestra un gran símbolo de estatus social.
La inversión puede ser de retorno inmediato, ya que la reventa puede duplicar o triplicar su precio de mercado en webs especializadas de productos de lujo, complementándolo con un curioso dato y es que las búsquedas de este producto, a nivel digital, han aumentado en un 430%. Los modelos más básicos están solicitados, pero los más buscados son las piezas exclusivas como los bolsos personalizados o modelos como el Birkin Diamond Himalaya, una de sus creaciones más exóticas, vendido por la cantidad de 217.144$ en la casa de subastas Christie´s, duplicando el precio de retail, aunque el súmmum llega con el Sac Bijou Birkin que cumple el reto del bolso más caro de la firma, vendido por dos millones de dólares y solo existen tres en el mundo. Está creado en su complejidad por oro rosa con incrustaciones de un total de 2.712 diamantes. Un Birkin en miniatura que es totalmente funcional, lo que permite llevarlo como pulsera.
Un tipo de inversión que talla perfectamente en los amantes de la moda, con la mayor rentabilidad, para todos aquellos que saben el valor real de la moda.