Cuando pensamos en el lujo nupcial, en el vestido soñado de una boda y en esa estética que logra convertir un «sí, quiero» en un momento digno de alfombra roja, uno de los nombres que aparece con fuerza es el de Alberto Palatchi. Hombre clave detrás del auge de Pronovias, su figura reúne la elegancia del mundo de la moda, la solvencia de un empresario estratégico y cierto aire de discreción mediterránea que le distingue. En este texto exploramos quién es, cuál es su recorrido, y cómo ha pasado de vestir novias a tejer un imperio estimado en 2.700 millones de euros.
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Alberto Palatchi, el magnate del lujo nupcial
Los orígenes de esta historia tienen sabor de tradición: la familia Palatchi, sefardí de origen turco, desembarcó en Barcelona poco después de la Primera Guerra Mundial. En 1922, el abuelo, Alberto Palatchi Bienveniste, abrió una tienda de encajes y bordados llamada El Suizo en la calle Comtal.
Ese pequeño taller se convertiría con los años en lo que hoy conocemos como Pronovias: en 1964 la marca se oficializa bajo la presidencia de su hijo, Alberto Palatchi Ribera.

Desde joven, Palatchi asumió responsabilidades: fue director general a los veinte años y ya en plena dirección apostó por introducir el prêt-à-porter en la moda nupcial, una revolución entonces.
Bajo su gestión, Pronovias se expandió internacionalmente, apareció en más de 90 países, contaba con miles de puntos de venta, y ha sido vestida por celebridades.

El verdadero salto empresarial llegó cuando Palatchi tomó la decisión estratégica de vender el 90 % de Pronovias al fondo británico BC Partners por 550 millones de euros en 2017, quedándose con un 10 % para mantener vínculo.
Esta operación supuso un hito en la moda española: una firma nacida en Barcelona que se globalizaba y pasaba de empresa familiar a escalado internacional.

La marca, y con ella Palatchi, había alcanzado una posición de referencia: según informes del sector, más de 150 tiendas monomarca, presencia en más de 4.000 puntos de venta multimarca, y exportación a más de 90 países.
Del vestido blanco al portafolio de inversiones
Tras esta operación, Palatchi dejó prácticamente la gestión directa del día a día de la firma nupcial, pero no se retiró: transformó su perfil hacia la inversión patrimonial.

Su vehículo de control, Galma Grupo (que engloba holdings familiares, inmobiliario, sicavs e inversiones bursátiles) ha sido clave para consolidar su fortuna. Según recientes datos, su patrimonio ya se estima en 2.700 millones de euros, una cifra que lo sitúa entre las grandes fortunas españolas.
No estamos ante un empresario que viva en permanente foco mediático. Palatchi apuesta por una sobriedad calculada: buen gusto, posesión de inmuebles emblemáticos (incluyendo un ático en el Barrio de Salamanca de Madrid tras dejar Barcelona) y presencia en los círculos del lujo pero sin estridencias.

El vínculo con el universo nupcial, sin embargo, no se ha diluido. Pronovias sigue siendo un icono del vestido de novia, un símbolo aspiracional que asocia glamour, celebración y estilo.
