En sus últimos años, Robert Redford vivió rodeado de espacios que reflejaban tanto su pasión por la naturaleza como su gusto por la vida artística. De entre todas las casas en las que ha vivido Robert Redford a lo largo de su vida, la más lujosa sin duda es la de San Francisco. El actor quien llevaba tiempo alejado de las cámaras en 2020, compró esta vivienda junto a su mujer, Sibylle Szaggars Redford, por 3,1 millones de euros. Esta residencia destacaba no sólo por su ubicación privilegiada con vistas panorámicas a la bahía, sino también por su arquitectura elegante y su diseño interior sofisticado, que refleja perfectamente el estilo refinado del actor. Pero no vamos a hablar de esta ostentosa vivienda, sino de una más sencilla (pero con mucho encanto), en Mijas.
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Su refugio durante seis meses en la sierra de Mijas
Robert Redford, en 1966, antes de ser protagonista de películas icónicas como Dos hombres y un destino o El gran Gatsby, decidió junto a su exmujer Lola Van Wagenen y sus hijos trasladarse a la sierra de Mijas, en la provincia de Málaga. Allí, en pleno corazón de Andalucía, encontró refugio durante seis meses en una casa aislada, sin electricidad ni agua corriente, pero rodeada de paz, naturaleza y anonimato. La ausencia de lujos les ofrecía una experiencia austera y tranquila, ideal para desconectar. Su diseño rústico, con muros de piedra y techo de tejas, conservaba el encanto tradicional andaluz. A pesar de su sencillez, la casa tenía un gran valor sentimental.
Por aquel entonces, Redford se encontraba en un momento difícil, tanto profesional como personal. A pesar de haber trabajado ya en algunas producciones, no terminaba de llegar ese papel que lo consolidara como estrella de cine. Esa frustración se unió a un contexto personal doloroso: la trágica pérdida de su primer hijo, Scott.
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Robert Redford y su casa ‘María, La Pañala’ en Mijas
Durante su estancia en Mijas, Redford se entregó a una vida sencilla y casi anónima. Pasaba los días descalzo, recorriendo caminos rurales con sus dos otros hijos, explorando el paisaje y disfrutando de la tranquilidad que le ofrecía la sierra.
Se desplazaba en una moto vieja y compraba alimentos en las tiendas más pequeñas de Mijas y Fuengirola. Una de sus actividades favoritas era pintar; de hecho, durante ese tiempo llegó a considerar seriamente dedicarse a la pintura en lugar del cine. También aprovechó para integrarse en la vida local, asistiendo con su familia a las procesiones de Semana Santa, que los impresionaron profundamente. Según hemos podido ver en un reportaje de Andalucía Directo, donde la reportera se traslada a Mijas para preguntar a los vecinos, uno desvela que el actor vivió en casa de La María, La Pañala y que por entonces al actor lo llamaban el americano rubio.
Al regresar a Estados Unidos, la carrera de Redford dio un vuelco decisivo tras ser elegido para protagonizar Descalzos por el parque, y dos años más tarde Dos hombres y un destino, donde compartió pantalla con Paul Newman y ganó el BAFTA a mejor actor. De esta manera Robert Redford alcanzó el estrellato.
