Si has visto la segunda temporada de ‘The White Lotus’, que se alzó como la mejor miniserie en los premios Emmy, seguro que te habrás fijado en los palazzos donde se hospedan durante unos días algunos de los personajes, sobre todo el que se encuentra en Palermo. En realidad se trata de Villa Elena, un monasterio actualizado del s. XVII propiedad del diseñador de interiores francés Jaques Garcia. Se encuentra muy próxima a Noto, una ciudad barroca de Sicilia. Cuando el diseñador adquirió la villa tuvo que restaurarla, para ello respetó su arquitectura original y se inspiró en la decoración barroca de otros palacios sicilianos.
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Una escultura de mármol de Atenea se encuentra en el centro de la gran galería de estilo imperial romano, bustos del s. XVII y baldosas sicilianas, cortinas de seda Veraseta…
El diseñador de interiores francés Jaques Garcia es conocido por remodelar hoteles glamurosos, desde Hôtel Costes y La Réserve en París, hasta La Mamounia en Marrakech y NoMad en Nueva York, son algunas de sus obras.
Una villa que se remonta al s.III A.C.
Villa Elena, que así es como realmente se llama el palazzo que aparece en el serie ‘The White Lotus’, es un monasterio del s. XVII construido sobre una villa normanda del s. XII de 100 hectáreas, que reemplazó a un palacio morisco del s. X. Anteriormente, en el s. V, fue una casa romana y en el s. III A.C. una villa griega.
Garcia quiso bautizarla como Villa Elena, en honor a la emperatriz bizantina que se convirtió en una de las conversas más importantes de la cristiandad. A día de hoy, es una de las edificaciones con más historia de Sicilia.
Las puertas de entrada de Villa Elena se abren a una imponente decoración al estilo del Vaticano muy apropiada para Sicilia, donde la exageración y la artesanía son la regla.
Templo griego
Cada uno de los elementos decorativos de la Villa pertenecen al diseñador que, a lo largo, de los años ha ido adquiriendo: una obra de Marie-Madeleine d’Ingres, sillas de caoba del ebanista Françoiz-Honore Georges Jacob-Desmalter que pertenecieron a Murat…
En el exterior, en uno de los extremos de la piscina, se encuentra un construcción con elementos de un templo griego que Garcia tenía con anterioridad. Las paredes de su interior fueron pintadas emulando la sala del jardín de la Villa de Livia de Roma