Desde que Millie Bobby Brown irrumpió en nuestras pantallas como Eleven en Stranger Things, su vida ha cambiado por completo. De niña prodigio a empresaria, actriz consolidada y ahora también esposa, la británica ha sabido construir una identidad sólida dentro y fuera de los focos. En mayo de 2024 se casó con Jake Bongiovi, hijo del legendario Jon Bon Jovi, y juntos han encontrado su refugio en el corazón de Georgia, muy cerca de Atlanta, la ciudad donde Millie creció profesionalmente durante el rodaje de la serie que la lanzó a la fama. Lejos de Los Ángeles o Nueva York, la pareja ha elegido una vida tranquila rodeada de naturaleza, animales y aire puro. Hoy en COOLthelifestyle nos adentramos en el refugio de Millie Bobby Brown.
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El refugio de Millie Bobby Brown en Atlanta
La casa de Millie Bobby Brown es el retrato de una nueva etapa. Moderna pero cálida, luminosa y abierta al exterior, su vivienda en Georgia combina una estética contemporánea con la serenidad de los espacios bien pensados. Lejos del lujo ostentoso, todo en ella transmite equilibrio: líneas limpias, colores suaves, materiales naturales y una relación constante con la luz.

El salón se presenta como el corazón de la casa. Amplio, despejado y lleno de claridad, está concebido como un espacio de convivencia. La luz entra a raudales por los grandes ventanales que miran al jardín, y la sensación general es de paz. No hay recarga ni exceso: los muebles y los textiles se integran con naturalidad, en tonos neutros y texturas suaves, para crear un ambiente acogedor donde es fácil imaginar tardes de lectura, música o una conversación tranquila.
La cocina sigue esa misma filosofía de sencillez elegante. Predominan los tonos claros, los materiales nobles y una distribución práctica que invita a disfrutar de la rutina cotidiana. El resultado es un ambiente cálido, luminoso y funcional, donde la estética rústica y los toques contemporáneos se combinan sin esfuerzo.

Las zonas privadas de la casa mantienen la misma coherencia visual. En el dormitorio principal, los colores se atenúan y el protagonismo recae en la luz natural y en los elementos que aportan serenidad. El vestidor y el baño continúan ese lenguaje sobrio y sereno, con detalles decorativos que reflejan la personalidad creativa de Millie sin romper la armonía general.
Pero es en el exterior donde la vivienda despliega su faceta más relajada. El jardín, rodeado de vegetación, invita a desconectar y disfrutar del entorno. Una piscina y una zona de descanso completan el conjunto, pensadas para los días largos del sur estadounidense, donde la vida se traslada al aire libre.

Aunque el valor exacto de la propiedad no se ha hecho público, se estima que su valor ronda los 2,8 y 4,2 millones de euros, teniendo en cuenta su tamaño, la ubicación y las características que la hacen tan especial, como los amplios espacios exteriores, la piscina y el entorno natural que rodea la vivienda.
										