La inolvidable actriz Claudia Cardinale, de origen siciliano, falleció ayer en Nemours, en la región de Isla de Francia, a sus 87 años. Su carrera, que la convirtió en musa de cineastas como Visconti, Fellini o Leone, deja una huella imborrable en la historia del cine. A la vez, una de sus propiedades más destacadas, una antigua villa con piscina en Porto Rotondo (Cerdeña), diseñada por el arquitecto Gianni Gamondi, puso a la venta por 15 millones de euros. ¡Descubre todos los detalles de la mansión equipada con todas las comodidades de lujo: terrazas, piscina, innumerables habitaciones y un amplio garaje!

La mansión de Claudia Cardinale en Cerdeña
La villa, de unos 750 m² de superficie interior sin contar el patio, se levanta sobre una parcela de aproximadamente 7.000 m² de terreno, situada en una ladera en la zona de Punta Lada, en Porto Rotondo, con vistas panorámicas al golfo de Punta Lada. Posee terrazas cubiertas y descubiertas, tanto frente al mar como orientadas al jardín.

Se estructura en cinco niveles funcionales. En ellos se incluyen: un almacén o área de servicio, un anexo con cocina; una gran terraza exterior con barbacoa; una habitación con baño privado; la piscina acompañada de barra de bar y vestidor; cuatro habitaciones exteriores con baño en suite; garaje con capacidad para cinco vehículos; un salón de unos 100 m²; comedor; cocina interior; sala de lectura; estudio; sala de lavandería y planchado; porches amplios; y una cocina de exterior con barbacoa.

El legado de la actriz
Claudia Cardinale no sólo dejó una huella imborrable en la historia del cine, sino también en el mundo de la moda y las subastas. Mucho antes de que se pusiera a la venta su villa en Cerdeña, la actriz ya había comenzado a desprenderse de algunos de sus objetos más preciados. En 2019, sorprendió al mundo al ceder más de 130 piezas de su vestuario personal para una subasta organizada por Sotheby’s. Estas prendas no eran simples recuerdos: se trataba de auténticas joyas de Alta Costura, muchas de ellas firmadas por Nina Ricci, firma con la que mantuvo una relación profesional profunda y duradera. Cardinale siempre destacó la feminidad y ligereza de sus diseños, los cuales lucía en los eventos más prestigiosos del mundo cinematográfico, como Cannes o los Oscar.
Además de esos vestidos espectaculares, también se subastaron piezas con un fuerte valor sentimental: vestuario de películas en las que participó a lo largo de su carrera. Fiel a su costumbre, Cardinale solía conservar trajes y accesorios de cada rodaje como pequeños trofeos de su vida artística. Incluso llegó a admitir que disfrutaba recolectando prendas típicas de los países donde filmaba, como una forma de conservar no sólo recuerdos, sino también la esencia cultural de sus viajes. Todo esto demuestra que la venta de su mansión en Porto Rotondo no es un caso aislado, sino parte de un proceso más amplio de la venta de sus bienes con el fin de preservar su legado.