El castillo de Windsor, el de Balmoral, la casa de campo de Norfolk, Sandringham… Más de diez residencias son las que la Familia Real británica tiene para ir a descansar y pasar sus vacaciones. Esta vez nos centramos en la última, en la de Norfolk, donde el Rey Carlos III se encuentra convaleciente tras ser diagnosticado de cáncer. Se trata de una construcción del siglo XIX, rodeada por jardines y parques, y que el rey Jorge VI adoraba. Aquí es donde el padre de Isabel II pasó sus últimos día en 1952. Te descubrimos la historia de esta mansión y te mostramos cómo es por dentro y por fuera.
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Sandringham también fue el refugio de Isabel II a pesar de que, cuando su padre falleció, su intención era remodelarla íntegramente. Esta casa de campo en Norfolk, a unos 160 km de Londres, fue originalmente comprada por la Reina Victoria y el príncipe Alberto en 1862 para su hijo Eduardo VII. Este se instaló en la casa tras casarse con Alexandra de Dinamarca en 1863.
Años después, la casa fue demolida y se construyó una nueva diseñada por AJ Humbert. Jorge V la heredó y llegó a escribir sobre ella: «El lugar que amo más que en cualquier otro lugar del mundo».
La mansión se halla sobre una terreno de 10.000 hectáreas, dispone de establos y funciona como granja. Carlos III en 2010 inició la Campaña por la Lana. y es aquí donde viven unas 3.000 ovejas de Aberford. Se estima que 200 personas trabajan aquí y hay zonas que se pueden visitar desde 1977, año en el que Isabel II abrió las puertas al público.
Es de estilo jacobino y alberga una colección de tesoros que van desde la época victoriana hasta la actualidad. Está rodeada por jardines que fueron diseñados en su día por Geoffrey Jelicoe, prestigioso arquitecto de mediados del siglo pasado. Con los años ha sido actualizado y ampliado tanto por Isabel II como por Carlos III. Cuenta también con un extenso parque con zonas de juegos y parques infantiles.
Arquitectura palaciega
El interior de Sandringham ha servido de escenario de algunos de los retratos de la familia real, como fue el bautizo de Charlotte, la hija de los duques de Cambridge.
Conocida cariñosamente como el Fin Musical, esta sala presenta una decoración que se inspira en el estilo de los castillos palaciegos europeos en el s. XVIII, con paredes en crema y techos pintados. El piano de cola Brinsmead fue tocado por miembros de la Familia Real, como Jorge VI, así como la princesa Margarita y la Reina Isabel II.
Esta es la iglesia de St. Mary Magdalene en la finca que se utiliza como lugar de culto por la Familia Real. De hecho, hace unos días se vio al rey Carlos III y Camila acudir a ella. Este lugar se considera como uno de los mejores edificios de carrstone que existen y se remonta al s.XVI.