El vasto rancho en Santa Bárbara, California, del director James Cameron, lugar en el que escribió la exitosa película ‘Avatar’, sale a la venta por 33 millones de dólares (unos 30 millones de euros), según revela The Wall Street Journal. Asentada sobre más de 40 hectáreas de tierra, la propiedad pertenece al vecindario Hollister Ranch, una comunidad privada agrícola que restringe el desarrollo residencial para dejar espacio al pastoreo de animales y permitir la vida silvestre.
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El afamado director de cine y su esposa, Suzy Amis Cameron, han sido dueños de la propiedad desde finales de la década de 1990, cuando Cameron la compró por algo menos de 4 millones de euros, según muestran los registros.
La casa principal tiene cinco dormitorios, dos oficinas, un gimnasio, una sala de juegos y una sala multimedia. La pareja pasó un año entero remodelándola tras comprarla, restaurando la madera original y poniendo cuarcita.
Cuando compraron el rancho ambos vivían en la bulliciosa Malibú, y buscaban una casa rural en la que poder evadirse de vez en cuando. «Mientras conduces por esa carretera costera, las preocupaciones del mundo desaparecen», dijo James Cameron sobre el trayecto desde Malibú a Hollister Ranch.
El rancho de James Cameron cuenta con una casa principal de unos 2.400 metros cuadrados. Además, hay una casa de huéspedes de 600 metros cuadrados, una cancha de tenis, una pista para helicópteros y una piscina rodeada de palmeras. La propiedad también cuenta con un establo que Cameron ha utilizado para guardar un helicóptero y varios coches.
Pese a que James Cameron tiene este rancho en California donde le gusta evadirse, él y su mujer viven la mayor parte del año en Nueva Zelanda. Ambos son fervientes defensores del medio ambiente y en Hollister Ranch han cultivado gran parte de sus propios alimentos. También tienen una pequeña granja con burros, cabras y un cerdo, aunque dicen que les consideran más sus mascotas que ganado.
La propiedad es en gran parte independiente en términos de energía: cuenta con energía solar y eólica, que suman hasta 100 kilovatios. El rancho también es autónomo en agua gracias a un pozo para usos agrícolas y otro en una finca colindante que abastece de agua potable.