La Costa Azul no necesita carta de presentación. Este rincón de la riviera francesa es uno de las localizaciones más mágicas de nuestro país vecina. La belleza de sus calas, sus pinos, el mar Mediterráneo, sus pueblos llenos de encanto… Por algo Saint Tropez se ha convertido en epicentro de veraneo de la jet. A los grandes alojamientos que encontramos por la zona se le une uno más que no teníamos el radar: un hotel de cinco estrellas diseñado por el arquitecto Phillipe Starck: Lily of the Valley.



Lily of the Valley surge como un hotel con filosofía wellness al que acudir todo el año. Está concebido para ser un auténtico retiro. Se ha construido a apenas cinco minutos de Saint Tropez, en sus colinas, con vistas a Cap Lardier y muy cerca de Plage de Gigaro. Un oasis en mitad de la Costa Azul que es muy consciente del lugar en el que está.



El grupo WHM, presidido por el empresario Alain Weill, le pidió a Phillipe Starck que imaginara un paraíso en la tierra, un retiro de paz, calma y bienestar. De ahí que Phillip Starck se inspirara en los Jardines Colgantes de Babilonia para este proyecto, además de las abadías provenzales y del estilo de las villas californianas. Todo esto se respira en las 38 habitaciones y las seis villas que encontramos en el hotel. Por supuesto, hay naturaleza por todas partes… Porque es un lugar en el que el hombre debe encontrar su armonía.



El arquitecto ha construido el hotel con el concepto wellness en la cabeza, porque este hotel está pensado para cuidarse por dentro y por fuera. Esto tiene que aplicarse en el diseño de cada una de las estancias. Por ejemplo, el gimnasio tiene vistas a la piscina, para hacerlo aun más apetecible… La piscina mira al mar, para que el agua se funda con el horizonte. Para hacer el lugar más cálido el uso de materiales nobles se percibe en todos los rincones.


El gimnasio, con grandes ventanales, tiene suelo de madera y fotografías en blanco y negro y lámparas sofisticadas, huyendo de la imagen del lugar frío al que no apetece ir. Un hotel en el que queremos hospedarnos todo el año. «Toda mi vida he soñado con estar aquí» cuenta Phillip Starck. «A medio camino entre una Antigüedad subcosciente y una modernidad extrema, que es sin duda, el mejor lugar para vivir. Mi sueño fisiológico de la arquitectura se ha cumplido».

Lily of the Valley cuenta con The Village -un centro wellness de más de 2000 metros cuadrados-, un beach club, dos restaurantes y estancias y salas comunes para relajarse. Un alojamiento que mira al mar y a la naturaleza pero que también esconde lo que ocurre dentro, dando esa sensación de privacidad que apetece en un resort de este estilo. Phillip Starck, con los Jardines Colgantes de Babilonia en la cabeza -una de las siete maravillas del mundo antiguo- ha creado un concepto del hotel del que no apetece salir nunca.
Puedes ver la web aquí.