Londres es una de nuestras capitales favoritas. Es un pequeño Nueva York europeo con los rascacielos de su city, por todos los restaurantes que existen -no hay país que no esté representado-, por sus tiendas de caballeros… Londres es una ciudad vibrante a la que nos apetece escaparnos para disfrutar del Tate Museum, de la National Gallery, de sus teatros… De su vida. Y en una ciudad tan increíble como la capital británica también hay grandes hoteles de nivel. Hace poco hemos descubierto uno muy especial firmado por el arquitecto Norman Foster -y su estudio Forsters + Partners- y ubicado en la antigua sede de la BBC. Un hotel que es puro minimalismo.
Hay que situarse a pocos metros de la London School of Economics y Covent Garden. Frente a algunos de los principales teatros pero también al lado del County Court, bancos y algunas de las principales empresas de tecnología. Pleno West End. Un lugar que es un hervidero de jueces y abogados, empresarios y empleados del sector tecnológico -según explica el propio staff de ME London-. Principales ‘invitados’ de este hotel en el que se mezclan también huéspedes de todo el mundo atraídos por el lifestyle europeo. Porque ese estilo de vida, esa forma de viajar que existe en Europa que mezcla cultura, modernidad y ocio, es lo que refleja este hotel firmado por Norman Foster. La habitación que mejor proyecto todo esto es la Suite ME, con una impresionante cúpula y unas vistas epatantes que la convierten en una de las mejores suites de todo Londres. Cuando fuimos a descubrir el hotel, tristemente, estaba ocupada.
Estamos hablando de ME London, cuyos hermanos se encuentran en lugar tan emblemáticos como Ibiza y Los Cabos. Tienen una esencia común pero su apariencia no puede ser más diferente. En el caso de ME London la apariencia tiene mucho que ver con el saber hacer del arquitecto y su estudio -con sede en Londres- que se ha inspirado en la filosofía del ying y el yang. Su espectacular recepción, con forma de pirámide, está teñida de un negro absoluto. Las proyecciones van cambiando según el día, al llegar a nuestra visita, una imagen de la Reina Isabel II nos recordaba que en Londres siguen de luto. Sus sofás, en forma de serpiente -de una piel espectacular- invitan a disfrutar de una copa de champagne antes de ser atendidos. Sus habitaciones son pura luz. El blanco y el minimalismo se respira en cada una de las estancias, que se reparten alrededor de esta pirámide central.
Blanco y negro, ying y yang, juegos de luces y juegos geométricos. Poco tiene el hotel de lo que fue cuando era la sede de la BBC. Por las plantas, que antes eran recorridas por periodistas, ahora pasean huéspedes de todos los países del mundo. Eso sí, ambos tienen algo en común: las increíbles vistas a la ciudad de Londres. Las suites y las penthouses tienen una vista 180 grados desde sus habitaciones. Sus ventanas, estratégicamente colocadas, parecen un mirador al vacío que hasta provoca vértigo. Las ventanas se encuentran al aire. El sello de un gran arquitecto y su estudio.
Para terminar, el estudio de arquitectura le dio gran importancia a la planta superior, donde se encuentra su Radio Rooftop. El lugar en el que disfrutar de las vistas a la capital británica al ritmo de un DJ -esto ya es un añadido del hotel-. Disfrutar de un vino viendo el Big Ben, el Támesis, el Shard y los edificios de alrededor, además de los edificios cercanos a Covent Garden… Es una estampa inolvidable. Pura luz en todo lo que se encuentra de cara al exterior, y oscuridad y negro en el corazón de este edificio. Un hotel que nada más entrar… No deja indiferente a nadie.
