Suenan campanas de boda. Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirján, los cuales pasan por el altar para contraer matrimonio, afianzan, aún más, una relación de casi una década. La ubicación elegida es Sevilla, sobre todo por el arraigo sentimental que tiene la familia de Alba, no sólo con la ciudad, sino con Andalucía. Mientras la Iglesia de los Gitanos es la escogida para formalizar la alianza sentimental entre ambos, posteriormente los invitados disfrutarán de un rato a solas con la pareja en un banquete que se celebrará en un lugar con significado especial. Así es la finca Las Arroyuelas.

Este es el mayor latifundio de la familia de Alba en tierras andaluzas, situado en el término municipal de Carmona, con 1.480 hectáreas heredadas por Cayetano Martínez de Irujo al fallecer su madre, la duquesa de Alba. Además de los terrenos, el conde de Salvatierra la explota a través de la sociedad Actividades Agrotécnicas, junto a otras fincas.
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Un lugar vinculado con la casa de Alba
Dentro de Las Arroyuelas, se encuentra el cortijo La Motilla, incorporado en esta y considerado el mayor terreno de la casa de Alba, con unas 1.500 hectáreas dedicadas a cultivos y ganadería. En sus orígenes, ese cortijo fue una taberna en el siglo XVI, que servía como parada para aquellos viajeros que cabalgaban entre Écija y Sevilla. Con los años, pasó a formar parte de la familia y es un espacio único, donde el lujo está presente después de una intensa reforma llevada a cabo por Cayetano Martínez de Irujo y que ahora disfruta junto a Bárbara Mirján.

De lo tradicional al lujo
La reforma es reciente, puesto que tuvo lugar en 2022, cuando sólo contaba con las cuadras, un tablao flamenco y el espacio donde vivía el casero. Tras la reforma, la actualidad tomó posesión del lugar y el conde de Salvatierra la convirtió en un alojamiento de 250 metros cuadrados con cuatro habitaciones dobles y una suite principal, en definitiva, un coqueto hotel boutique.

Una exterior con aire andaluz
Esta finca, en la que Bárbara Mirján y Cayetano Martínez de Irujo van a celebrar el convite, cuenta con unos aires andaluces que conquistan cualquier mirada. El blanco andaluz y el turquesa se posicionan como los protagonistas y también refleja todas las influencias adquiridas en los viajes de la pareja. Además, mantiene un tablao flamenco decorado con carteles taurinos e imágenes de la Hermandad de los Gitanos, muy vinculada a la familia, siendo su iglesia el epicentro donde ambos han contraído matrimonio.

A día de hoy, el cortijo La Motilla funciona como un negocio independiente que posee un alojamiento de lujo y apto para eventos, gestionado por Lux-Ándalus Experiences. Dentro de sus servicios exclusivos, el espacio ofrece chef privado para cenas e incluso niñeras, las cuales también han estado disponibles para cuidar de los más pequeños en la boda de ambos. Las tarifas van de 50 a 150 euros la noche, dependiendo de las experiencias añadidas.

Las Arroyuelas de Cayetano y Bárbara
Con la reforma, su interior quedó decorado de una manera exquisita y, para darle un toque personal, se pueden encontrar varios detalles pertenecientes a la familia de Alba. Desde piezas históricas de mobiliario, pasando por cuadros, cerámicas antiguas e incluso fotografías de la realeza, como un retrato firmado de su puño y letra por el rey Alfonso XII, todos estos detalles hacen que el lugar no sólo respire exclusividad, sino también un aire aristocrático.

En el exterior se puede observar una piscina, rodeada de un incomparable paraje verde, con varias tumbonas para poder tomar el sol y disfrutar del horizonte con una copa de vino. También cuenta con una cocina, de concepto colorido y alegre, con una imponente isla central y taburetes, para que puedan surgir las mejores charlas mientras se generan conversaciones de lo más interesantes. Cuenta, a su vez, con mobiliario en color turquesa, con unos jarrones que pertenecen a la colección de grabados con rosas del Jardín Botánico de Madrid.

Esta es una finca de ensueño y hoy, sus paredes van a vivir un hito en la historia y es la boda de un amor que es real y lleva casi una década de vida. Hoy es protagonista de la felicidad y el nuevo capítulo de Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirján.