El casi bucólico Valle del Duero portugués es el escenario en el que está construido este hotel rodeado de viñedos. Su atractivo a nivel arquitectónico se equipara al envidiable entorno con el que su diseño se funde, creando a su alrededor la atmósfera perfecta para que sea el lugar ideal para desconectar un fin de semana o pasar unas vacaciones repletas de un sosiego infinito.
El proyecto pretende capturar la esencia de un lugar cuyo objetivo es crear una atmósfera de armonía entre la naturaleza y las personas. Todas las habitaciones tienen una vista despejada del viñedo y del Valle del Duero. La sala de estar y el comedor ofrecen no solo hermosas vistas, sino también una salida sin obstáculos al espacio natural.
Las comodidades que posee este alojamiento premium en pleno Valle del Duero incluyen recepción, restaurante y spa con piscina exterior. Además, el edificio funciona como una bodega, donde los huéspedes experimentan todo el proceso de elaboración del vino, desde la selección de la uva, hasta el estrujado, la fermentación y el prensado, hasta el envejecimiento en barrica, mezcla, filtrado y embotellado.
Debido a su tecnología de energía innovadora, las fuentes renovables (perforaciones geotérmicas, energía solar fotovoltaica, tubos solares de agua caliente) se enfocan en la energía neta cero anualmente. El agua de lluvia se filtra y se utiliza para los requisitos de aguas grises del edificio. El 100% de las aguas negras se trata mediante un biorreactor in situ y se libera en un campo y jardín de filtración de nuevas características.
Cubiertas verdes
No es la primera ni será la última vez que aquí, mencionemos este tipo de cubiertas. Obras como la Black Villa de Raza Motashami es buen ejemplo de esta tendencia arquitectónica al alza. Son todo un hito dentro de las corrientes arquitectónicas sostenibles y, además, a nivel estético funcionan a la perfección.
Sus grandiosas estancias
Si por fuera impresiona debido al paraje en el que se encuentra en el Valle del Duero, por dentro, este hotel es un espectáculo. Con una decoración de tintes minimalistas pero acogedora y en consonancia con el entorno exterior, disfrutar dentro de este hotel está garantizado. Los amplios ventanales abiertos a infinitos viñedos son, sin lugar a dudas, su mayor atractivo.