Llevamos semanas hablando de Fernando Higueras. El arquitecto vuelve a estar en boga. Será porque sus edificios se están reutilizando como eventos, o porque de tanto pasar por Serrano y por la carretera de La Coruña, no dejamos de ver sus proyectos. Sea como fuere siempre es buen momento para hablar del arquitecto Fernando Higueras, uno de los profesionales de la arquitectura más especiales de nuestro país.
Estudió en la Universidad Politécnica de Madrid, como algunos de los grandes arquitectos españoles, y desde entonces, siempre se sintió inspirado por la arquitectura orgánica de Frank Lloyd Wright. Hay que recordar que nació en 1930 y que fue en el 1959 cuando se tituló. Siempre ha sido una persona creativa, amante de la música y del arte en general. Algo que de alguna manera, por algún gesto teatral, se verá reflejado en sus obras.
Ganó el Premio Nacional de Arquitectura en 1961, junto a Rafael Moneo, y colaboró estrechamente con César Manrique en todos sus proyectos de arquitectura en Lanzarote… Como podemos ver, un arquitecto que no paró en su larga trayectoria, y que por ende, no dejó de cosechar premios. Así hablan de él desde el Colegio de Arquitectos de Madrid: «Es uno de los arquitectos más originales y creativos del panorama arquitectónico contemporáneo español».
¿Qué proyectos destacan? Las diez residencias para artistas en el Monte de El Pardo (1960) -el arte, presente-, la Casa Lucio Muñoz (1961), el Centro de Restauraciones Artísticas, junto a Rafael Moneo – por el que ganaron el Premio Nacional de Arquitectura-, la UVA de Hortaleza, con arquitectos como Cabrera, Crespi, Espinosa, Miró y Weber, el Instituto del Patrimonio Histórico Español de la Ciudad Universitaria (1965) o el conjunto de viviendas para militares en Madrid (1967). Todos ellos, destacados también por el COAM. El Instituto del Patrimonio Histórico Español es ese edificio con forma de corona que tanto llama la atención… Y que se ha convertido en una de sus obras más icónicas.
Pasear por Madrid, es toparnos con sus edificios orgánicos, donde hay cierta teatralidad, donde encontramos elementos verdes como las plantas, en el que quizás habrá terrazas… ¿Sus ejemplos más claros? Sus viviendas militares en la glorieta de San Bernando, o su icónico edificio de oficinas en el número 69 de Serrano. Son edificios que son conscientes del lugar en el que habitan, y presiden su lugar con armonía. Fernando Higueras siempre respetó el paisaje, por eso las casas que se mezclan con la naturaleza. O la naturaleza que se mezcla en las casas y edificios. En 1983 casi se lleva el Premio Priztker. No lo necesitó para triunfar.