El diseñador parisino Philippe Starck es un creador de iconos inolvidables, como la butaca de metacrilato Louis Ghost. Su inagotable imaginación es capaz de llevar el diseño a su máxima expresión. Tal es así que ha vuelto a sorprender al mundo con un proyecto que combina su estilo vanguardista con una profunda reverencia por las tradiciones andaluzas. La Almazara, su última creación situada en Ronda, es mucho más que una almazara ecológica de aceite de oliva virgen extra; es una obra de arte interactiva, un espacio que desafía los límites de la arquitectura y que rinde homenaje tanto al aceite de oliva como a la cultura andaluza.
- Marta Ortega busca promover la arquitectura sostenible
- El arquitecto gaditano que triunfa en Abu Dabi
Después de casi 10 años de planificación y diseño, la Almazara finalmente abrió sus puertas el pasado viernes, ofreciendo una experiencia multisensorial que combina lo visual, lo olfativo y lo cultural.
Desde su imponente estructura exterior hasta los detalles más íntimos del museo dedicado al aceite de oliva, Starck ha logrado crear un espacio que transforma lo cotidiano en algo casi místico. «Es un lugar insólito, increíble y milagroso donde puedes disfrutar de una experiencia poderosa y radical que desafía y transforma», comenta el diseñador.
El edificio, un cubo monolítico de color rojo con un cuerno de toro y un gigantesco ojo fundido en hormigón, es un reflejo de la influencia de la tauromaquia y el arte surrealista andaluz. El diseñador nos cuenta que el cuerno y el ojo simbolizan tanto la fuerza como la vigilancia, «cada detalle tiene un significado».
«El agua, la sal y el aceite han sido siempre sagrados para nuestra especie»
Uno de los pilares fundamentales de este proyecto es el respeto por el aceite de oliva, que Starck considera una «materia de culto». Destaca que La Almazara no es sólo una estructura arquitectónica, sino un homenaje a uno de los elementos esenciales de la civilización mediterránea: «El agua, la sal y el aceite han sido siempre sagrados para nuestra especie, y mi intención era proteger y respetar ese legado».
El museo dedicado al AOVE ofrece un recorrido por la historia y el proceso de producción del aceite, sino que también presenta referencias a figuras icónicas de la cultura española como Pedro Romero y Abbás Ibn Firnás, conectando el pasado histórico con el presente.
«El aceite de oliva te hace más inteligente, es combustible para el cerebro»
«En la frescura y la oscuridad, el aceite de oliva está por todas partes, y gente inteligente alrededor. Lo cual es de esperar, ya que el aceite de oliva te hace más inteligente, es combustible para el cerebro», afirma Starck, mostrando su convicción en los beneficios de este oro líquido.
Para el diseñador, el espacio y el entorno que ha creado son un reflejo del respeto casi sagrado que merece el aceite: «Siempre respetuosa y sagrada, casi religiosa pero no creencia, con el añadido de inteligencia y emoción, La Almazara es una gran bofetada que despierta, sacude, aviva, conmueve y rinde homenaje a la aceituna y a su aceite».
«Que las cosas duren material y formalmente es sostenibilidad»
El diseño de La Almazara sigue el característico estilo minimalista de Starck, donde lo esencial prevalece sobre lo superfluo.
«Que las cosas duren material y formalmente es sostenibilidad», en base a esta declaración se formó La Almazara. Los elementos decorativos son a la vez sorprendentes y reflexivos: una media aceituna monumental incrustada en una pared de acero oxidado, una figura sin cabeza emergiendo de la oscuridad, y un avión construido con trozos de metal. Todo está diseñado para estimular la imaginación y evocar preguntas, como las pequeñas piezas de madera y un estoque gigante que adornan el interior.
La oscuridad en el interior del edificio contrasta con la brillante luz natural que entra a través de una terraza suspendida por enormes cadenas metálicas. Esta apertura ofrece vistas espectaculares del paisaje andaluz, enmarcando la belleza de los olivares que rodean la finca.
Una inversión de 22 millones, «aposté por materiales reciclados y tecnología de vanguardia»
El proyecto de La Almazara ha sido llevado a cabo por la empresa LA Organic y ha supuesto una inversión de 22 millones de euros. La finca donde se encuentra incluye viñedos, espacios para eventos y catas, alojamiento… así como un recorrido por las esculturas de Starck diseminadas entre los olivares. «Aposté por una gama de color que hiciera alusión a la tierra y a lo natural».
La Almazara no es el primer proyecto de Philippe Starck en España. El diseñador francés ha dejado su huella en diversas ciudades españolas con proyectos que van desde hoteles hasta espacios comerciales, siempre con su sello inconfundible de creatividad y funcionalidad.
En todos ellos, al igual que en La Almazara, Starck busca crear algo más que una estructura física, desea generar emociones y experiencias únicas que inviten a la reflexión. Así, otro de sus proyectos más importantes en España es La Alhóndiga de Bilbao, una antigua bodega que transformó en un centro cultural.
Philippe Starck ha logrado con La Almazara un equilibrio entre la tradición y la modernidad, fusionando el arte, la cultura y el respeto por la naturaleza. Este espacio es, además de un lugar para la producción de aceite de oliva, un testimonio de lo que el diseño puede hacer cuando se encuentra al servicio de algo tan fundamental como el oro líquido.