Comer por ansiedad es un problema, ya que se suele comer en exceso y los alimentos escogidos son superfluos, es decir, que carecen de interés nutricional. Es por eso que se debe controlar, sobre todo porque esta ansiedad por la comida puede conducir a diferentes problemas de salud como trastornos de la conducta alimentaria, exceso de peso, u otras patologías relacionadas con el consumo habitual de productos poco saludables. En una dieta, saciar el hambre y evitar la sensación de ansiedad, es de las cosas más complicadas de sobrellevar, pero existen diferentes alimentos y trucos pensados para calmar esas sensaciones. ¡Hoy en COOL te lo contamos!
- Hablamos con el Dr. José Luis Cidón sobre el ayuno intermitente, sus beneficios y cómo ofrecer un bienestar continuo
- Comer sano es mucho más divertido con la dieta arcoíris
1. Beber mucha agua
Quizá sea el consejo más escuchado, pero es de suma importancia a la hora de reducir el apetito. Beber agua es esencial para el correcto funcionamiento del organismo, elimina las sustancias innecesarias, mejora el metabolismo, permite quemar más calorías y evita confundir la sed con la sensación de hambre. Lo recomendable es beber una media de un litro de agua al día por cada 30 kilos de peso.
Beber agua durante las comidas es una buena forma de reducir la velocidad de la ingesta logrando diferenciar el apetito psicológico del fisiológico. Es importante beber agua en lugar de refrescos o zumos, sobre todo si estos contienen azúcares. Además, hay que tener en cuenta que manteniendo intervalos cortos de tiempo entre comidas se quemarán más calorías.
2. Alimentación insuficiente y poco sana
Hay que tener en cuenta que el cuerpo necesita un suministro diario de calorías para su optimo funcionamiento. Debemos consumir las necesarias para compensar las que el cuerpo gasta a diario, sin caer en los excesos. La sensación de hambre se produce cuando el cerebro detecta que el nivel de glucosa en sangre está bajo.
Fracciona la dieta, come cada 3-4 horas para evitar pasar hambre. La saciedad ayuda a evitar comer de forma emocional.
3. Ansiedad por comer
El estrés emocional y los nervios incrementan la adrenalina del cuerpo, lo que se traduce en un cambio en el metabolismo basal. El organismo quemando más glucosa de lo necesario y al acabar con las reservas es normal sentir hambre.
Es importante hacer actividades que ayuden a relajarte, como meditar, hacer respiraciones, yoga, etc. Además, practicar ejercicio físico como salir a correr, ir en bici, pasear o subir escaleras, te ayudará a estar motivado para seguir una vida saludable y de relajar la mente.
4. Alimentos saciantes
Estos alimentos nunca deberían faltar en cualquier cocina, pues aportan múltiples nutrientes y ayudan a saciar el hambre y a regular la ansiedad: nueces, manzanas, aguacate, especias picantes, menta, verduras de hoja verde, limón, huevos, sopa, agua y té verde.
A la hora de comer, es importante que no lo hagas con prisas, tómate tu tiempo y sé consciente de lo que haces.
5. Evita el picoteo
Si no aguantas el hambre, puedes consumir algo ligero –como una fruta– entre las comidas. Escoge siempre los alimentos más sanos, deja de lado los ultraprocesados.
6. Tus mejores aliados: la fuerza de voluntad y la distracción
Busca una recompensa que no esté relacionada con la comida. Es decir, focaliza toda tu energía en otras actividades, como por ejemplo: leer, escribir, mirar una película, salir a pasear, nadar… Cuanto más intentes saciar las ganas de comer por ansiedad, menos te va a costar la próxima vez.