Soy Piluca Barrau, farmacéutica y especialista en dermocosmética, y hoy quiero hablaros de algo que puede parecer invisible, pero que cada verano se cobra vidas: el golpe de calor. Puede aparecer sin avisar, incluso en interiores, y volverse mortal en minutos, sobre todo en personas mayores, niños, mujeres en menopausia o pacientes con patologías cutáneas como rosácea, dermatitis o psoriasis. Estos perfiles son especialmente vulnerables porque su piel no regula bien la temperatura. Por eso es clave prevenir: hidratarse aunque no tengamos sed, evitar la exposición en horas críticas y consultar siempre con un profesional sanitario ante cualquier duda.
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Pacientes con Rosacea, dermatitis, psoriasis
- Su barrera cutánea está comprometida, lo que dificulta la función natural de protección e intercambio térmico.
- El calor es un desencadenante habitual de brotes de rosácea, dermatitis atópica o psoriasis, por lo que su cuerpo reacciona con más inflamación o malestar ante temperaturas elevadas.
- Muchos pacientes evitan la sudoración (por molestias, escozor o vergüenza), pero sudar es un mecanismo vital de termorregulación. Si no sudan bien o no reponen electrolitos, el riesgo de desequilibrio aumenta.
- Además, algunas personas con estas patologías utilizan tratamientos que podrían interferir en la regulación de temperatura o aumentar la fotosensibilidad.
- No hace falta estar al sol directo ni tener fiebre altísima. Muchas veces el cuerpo deja de sudar, aparece confusión mental, piel seca o taquicardia… y ya es demasiado tarde.

Errores frecuentes que cometemos durante las olas de calor
- Exposición indirecta sin protección (por ejemplo, en coches o interiores mal ventilados, o haciendo deporte al aire libre).
- Uso de ropa inadecuada o consumo insuficiente de líquidos.
- Automedicación sin control o sin el consejo adecuado desde la farmacia (especialmente con antihistamínicos, diuréticos o ciertos ansiolíticos).
Así se defiende nuestro cuerpo del golpe de calor
- Sudoración, que permite disipar el calor, pero provoca pérdida de agua y electrolitos.
- Vasodilatación, que lleva más sangre a la piel para liberar calor.
- Contracción o activación muscular, que ajusta la producción interna de calor.
- Hiperventilación, que ayuda a liberar aire caliente del organismo.
- Cuando uno o varios de estos mecanismos fallan, el riesgo de colapso aumenta. Por eso insisto en que la prevención es fundamental, y ahí el papel de la farmacia es esencial.
Sobre mí:
Soy Piluca Barrau, farmacéutica, optometrista, divulgadora de salud y experta en dermocosmética y salud hormonal femenina. Con más de 20 años de experiencia, combino ciencia, prevención y bienestar para acompañar a personas, especialmente a partir de los 40, en el cuidado integral de su salud.