La regla del ‘ABCDE’: el truco para evaluar los lunares desde casa, según un experto
La piel es el órgano más grande del cuerpo y, como tal, también puede sufrir enfermedades que en ocasiones pasan desapercibidas. Un ejemplo son los lunares, una alteración cutánea que se manifiesta en la dermis mediante manchas pigmentadas. Aparecen cuando las células productoras de pigmento (los melanocitos) crecen masivamente en un punto determinado. Y aunque tendemos a pensar que son un aspecto meramente estético, prevenir y vigilar su aparición es crucial para mantener el bienestar en nuestra piel.
- El dermatólogo Ricardo Ruiz nos da los 5 consejos para una piel perfecta a cualquier edad
- Cómo mimar y cuidar nuestra piel después de la exposición al sol
Los lunares y las pecas son un clásico en la rutina de maquillaje que ha trascendido durante décadas. Desde Marilyn Monroe y su lunar encima del labio hasta los toques más discretos de celebrities como Hailey Bieber. Todas ellas han sembrado a través de sus looks este paso para sumar sensualidad o un toque más veraniego y coquette al look. Sin embargo, debemos prestar especial atención a su aparición.
Cuidar y proteger nuestra piel no es limitar la atención sólo al rostro. Más aún, cuando hablamos de alteraciones que pueden ser el aviso de patologías graves, como el cáncer de piel, también denominado melanoma, en los casos más extremos. Es por ello que un primer paso, indispensable cuando vemos que estos varían su forma y tamaño, es acudir al dermatólogo para conocer realmente su origen y alcance. Al fin y al cabo, un diagnóstico precoz es el mejor sistema para prevenir daños mayores.
¿Por qué salen los lunares?
Existen infinidad de causas que originan los lunares. Entre ellas, encontramos desde la pigmentación por sobreexposición al sol, hasta la predisposición genética. Algo que hace que en la mayoría de las ocasiones, las personas que los tienen no tengan por qué padecer patologías malignas. Pero mantenerlos a raya nos ayudará a disfrutar de una correcta salud de nuestra piel.
No todos los lunares son iguales. Tendemos a imaginarnos un lunar como una pequeña mancha marrón en la piel, pero esta también puede manifestarse de diferentes formas y colores. Los dos lunares más comunes que podemos encontrar en nuestra piel son:
- Lunares comunes: aparecen en la dermis, tienen forma abultada y normalmente no presentan una tonalidad oscura.
- Lunares displásicos. Normalmente aparecen de la nada y tienen una mayor superficie y un color diferente que los lunares comunes. Este tipo de lunares son un factor de riesgo para el melanoma, por lo que deberemos tener cuidado y acudir al dermatólogo en caso de detectar la aparición de alguno de ellos.
Lunares a examen con la regla del ‘ABCDE’
En el día a día, podemos cuidar nuestros lunares desde casa e incluir rutinas de cuidado que ayuden a mantenerlos bajo control. Un paso esencial en su cuidado es vigilar la exposición solar, aplicando protector diariamente y prestando especial atención en momentos en los que estamos más expuestos como, por ejemplo, cuando vamos a la playa o pasamos largas jornadas expuestos a la radiación solar.
Un truco para evaluar los lunares desde casa que nos explican desde la Clínica Dermaniac es la regla del ABCDE. Cinco siglas que parten de analizar, en primer lugar, la asimetría (A). Partimos de la base de que los lunares tienen una forma simétrica. En caso de que este varíe su forma o su diámetro (D), también es importante vigilar los bordes (B). Además, otro aspecto a tener en cuenta es el color (C), donde deberemos controlar que el lunar no tenga más de 3 pigmentaciones en su interior. Durante todo este proceso, es esencial tomar nota de su evolución (E). La aparición de síntomas como picor, dolor o sangrados son motivo para acudir al médico.
Acude a un especialista
La mejor forma de mantener un control de la aparición y la evolución de este tipo de alteraciones de la pigmentación es acudiendo a un profesional que monitorice, estudie y analice el alcance de estos. Y para ello es fundamental saber identificar su estado. En las consultas, uno de los registros más completos para el estudio en profundidad de todos los lunares es el mapeo de lunares. En las Clínicas de Pedro Jaén realizan un estudio de forma no invasiva a través de la tecnología Vectra 360.
Esta tecnología permite confeccionar un mapa dermatológico de todo el cuerpo, llegando a áreas que pueden escaparse a los análisis comunes de este tipo de patologías, como las zonas de pliegue (como axilas o inglés) o áreas con visibilidad reducida, como la cabeza. Este estudio incide también en la profundidad de los mismos y permite realizar un seguimiento real de la evolución de los mismos, pudiendo con ello detectar de forma automática posibles alteraciones de los mismos. Cuidarse comienza por prestar atención a todo lo que sucede en la piel (no sólo en el rostro).