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Isabelle Junot: «Premiar a los niños con alimentos prohibidos enseña a desear lo que no podemos comer»

Isabelle Junot embarazo
(Foto: Isabelle Junot)
Rocío Álvarez
  • Rocío Álvarez
  • Periodista multimedia especializada en belleza, viajes y estilo de vida. Durante mis años de vida, la lectura se ha convertido en una compañera fiel y gracias a ella descubrí mi vocación: crear y transmitir a través de las palabras. Con esta convicción me matriculé para cursar Periodismo en la Carlos III y después de años formándome encuentro mi sitio en el mundo: COOL. ¿Mi ley de vida? Nunca desistas, porque el día que lo hagas siempre pensarás en lo que podría haber sido.
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La noticia de que Isabelle Junot está embarazada llega como un soplo de alegría y, al mismo tiempo, nos hace volver la mirada hacia su libro más reciente, Eat Girl: de la obsesión a la ilusión, donde la autora reflexiona sobre la relación que tenemos con la comida y, entre otras, de cómo esta se entrelaza con nuestra educación y crianza. En estas páginas, Junot no sólo habla de alimentación, sino de cómo los patrones de dieta y las reglas sobre el cuerpo se transmiten desde la infancia, condicionando la relación de los niños con la comida y con ellos mismos.

Isabelle Junot, el embarazo y la educación sin dietas

En Eat Girl Isabelle señala que vivimos inmersos en una sociedad donde los cuerpos adecuados y no adecuados se presentan como estándares inamovibles. Desde pequeños recibimos mensajes, a veces sutiles, sobre lo que debemos comer, cómo debemos vernos, qué alimentos son buenos y cuáles malos.

Comentarios sobre peso o hábitos alimenticios, observaciones aparentemente inocentes de familiares, amigos o incluso profesores, crean un ecosistema donde la culpa y la ansiedad ante la comida se normalizan. Junot lo describe con claridad: «Mi objetivo es ayudarte a comer para sentirte bien y no para verte bien. Para que las buenas decisiones nutritivas salgan naturalmente sin forzar y dejes de luchar contra tus antojos incontrolables«. Este enfoque resuena especialmente en el terreno de la crianza, porque los mensajes que internalizamos en la infancia tienden a acompañarnos toda la vida.

Isabelle Junot libro
(Foto: Isabelle Junot)

Junot también alerta sobre la alimentación emocional y cómo los niños aprenden a usar la comida como premio, castigo o consuelo. Cuando los adultos dicen «si te portas bien te doy dulces» o «si comes esto, crecerás fuerte», se crea un vínculo entre la conducta y la alimentación que muchas veces genera ansiedad y culpa, más que disfrute y satisfacción. La relación con la comida, como la describe Isabelle, no debería ser un campo de batalla ni un instrumento de control, sino una experiencia natural y placentera que enseña a escuchar al propio cuerpo.

En una de sus páginas explica que premiar a los niños con alimentos prohibidos «es una de las primeras formas en que nos adentramos en la cultura de las dietas». Señala que «nos enseñan a desear lo que no deberíamos querer y a sentir culpa por disfrutarlo, sentando las bases de una relación tensa con la comida».

Restricciones y reglas que no funcionan

Uno de los grandes puntos de Eat Girl es la crítica a las dietas rígidas y las normas estrictas sobre la comida. Junot explica que las prohibiciones intensas generan un ciclo: restricción, atracón, culpa y nuevas restricciones. En la educación y la crianza, esto se traduce en imposiciones sobre lo que los niños deben comer y horarios estrictos que no respetan sus apetitos naturales.

Isabelle Junot embarazo
(Foto: Isabelle Junot)

La autora propone romper con ese patrón mediante la alimentación intuitiva, un enfoque que busca que cada persona reconozca sus señales de hambre y saciedad, que disfrute de la variedad de alimentos sin juicios y que se libere de la culpa que acompaña a los excesos ocasionales. Comer chocolate o helado deja de ser un problema moral y se convierte en parte de una alimentación equilibrada y emocionalmente saludable.

La alimentación intuitiva también se refleja en la manera de educar a los niños frente a la diversidad de alimentos, enseñándoles a probar sin presiones ni moralizaciones, a escuchar sus propios deseos y límites, y a comprender que la relación con la comida no define su valor como personas. Isabelle insiste en que los adultos tienen un papel crucial: modelar hábitos equilibrados, aceptar sus propios cuerpos con sus cambios y mostrar que la comida puede ser fuente de placer y nutrición al mismo tiempo.

Isabelle Junot
(Foto: Isabelle Junot)

Crianza y educación con conciencia

El libro de Junot ofrece claves para una crianza consciente: evitar usar la comida como herramienta de recompensa o castigo, permitir que los niños decidan cuánto comer, fomentar la diversidad sin juicios y hablar abiertamente sobre cuerpos, emociones y alimentación. También recuerda que enseñar a respetar los cuerpos ajenos, a aceptar la diversidad y a desactivar la presión social es parte de un aprendizaje más amplio sobre la autoestima y la empatía.

Que Isabelle Junot esté embarazada añade un matiz especial a esta conversación. Su propio cuerpo se transformará en estos meses, y será fascinante imaginar cómo aplicará en la maternidad los principios que defiende en Eat Girl. Cómo hablará de alimentación con su hijo o hija, cómo equilibrará expectativas sociales y naturales, cómo transmitirá la libertad de disfrutar de la comida sin culpa. 

Isabelle Junot embarazada
(Foto: Isabelle Junot)