¿Has oído hablar de la dieta inversa? La practican algunos deportistas y se ha puesto muy de moda desde que la medallista olímpica de Kárate, Anna Stachurska, y su pareja, el reputado futbolista Robert Lewandowski, confesaron que ambos la practican desde hace tiempo. Consiste básicamente en tomar el postre al principio de las comidas, además de cenar por la noche, almorzar al medio día y desayunar por la noche. Es decir, se trata de llegar a la comida sin hambre y de ingerir más calorías en las comidas de por la mañana. La explicación es lógica, pues el organismo puede quemarlas a lo largo de día. Sin embargo, por la noche, el cuerpo descansa y las calorías tomadas a última hora se acumulan.
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El postre siempre antes de las comidas
La dieta inversa, además de hacer las comidas al revés, invita a tomar el postre (frutas, frutos secos, lácteos), antes de las comidas.
Un estudio realizado por la Asociación Psicológica de Estados Unidos demostró que el postre elegido antes de las comidas siempre es más saludable que si se escoge al finalizar los platos principales.
También se ha demostrado que si se toma el postre al final, se produce un subidón de azúcar en sangre y, como ya es sabido, no es bueno para el organismo. De ahí que si el postre se ingiere al principio, la glucosa se equilibre mejor.
También se recomienda tomar el postre antes, ya que es saciante y, por tanto, al llegar a los platos principales, comerás menos cantidad. La dieta inversa, al fin y al cabo, propone poner en práctica el sentido común y establecer pautas más estrictas con la supervisión de un profesional.
Invertir el orden de las comidas principales
Con respecto a invertir las comidas principales de lo que hablábamos al principio del artículo, la clave es medir las calorías totales que se consumen al día y distribuir los carbohidratos, proteínas y grasas saludables de manera correcta y gradual, de más a menos a lo largo del día.
Por la mañana la dieta inversa sugiere ingerir carbohidratos (arroz integral, avena…), y proteínas (huevo, salmón, atún, pollo…), para conseguir la energía necesaria para arrancar el día.
A medio día, apostar por proteínas y fibras (verduras). Y por la noche, sugieren un yogur con muesli o una crema de verduras.