Hace más de 100 años, el Dr. Otto Buchinger, fundador y creador del ayuno terapéutico Buchinger, ya tenía en cuenta el cuerpo y el alma. Para él, ya entonces estaba claro que un alma satisfecha es el requisito previo para un cuerpo sano. La naturaleza era su spa. La literatura, la música y el arte eran su alimento para la mente y el alma. Los edificios de la clínica Buchinger Wilhelmi en Marbella se asoman al Mediterráneo bajo la sombra protectora de Sierra Blanca. Un lugar privilegiado en el que desconectar de todo estímulo exterior para centrarnos en nosotros y en el programa de ayuno y sueño reparador que nos ofrecen.
La relación entre el ayuno y el sueño
La falta de sueño es una auténtica tortura para el cuerpo y la mente. En los últimos 70 años se ha reducido el tiempo medio de sueño por noche de 7,9 horas a tan solo 6,3 horas, casi un 20% menos.
Aunque todavía no hay estudios clínicos relevantes sobre la función del sueño durante el ayuno, ya estamos viendo los primeros indicios de que las personas que ayunan duermen subjetivamente menos tiempo y, sin embargo, experimentan un descanso profundo.
En la clínica Buchinger Wilhelmi se ha hecho un estudio en el que preguntaron a personas ‘ayunantes’ sobre la calidad de su sueño. Alrededor del 20% respondió que durante el ayuno dormía de forma distinta a la habitual. Los pacientes dijeron que sobre todo los primeros días habían tenido la sensación de que habían dormido menos de lo habitual, por ejemplo, porque se habían despertado más a menudo por la noche. Sin embargo, cuando se les preguntaba cómo se habían sentido al día siguiente, la respuesta típica fue: «Sí, me parecía que había dormido menos; sin embargo, por la mañana me sentí sorprendentemente descansado y fresco».
Durante la estancia en una clínica Buchinger los pacientes se evaden de la vida cotidiana, llevan un ritmo diferente y tienen más tiempo para ellos mismos. Durante el ayuno, la rutina diaria está más estructurada. Este es uno de los requisitos más importantes para dormir bien.