Ponerse a dieta tiene dos caras: lo que sufrimos creyendo lo que hay que hacer y lo que podemos aprender y disfrutar cuando la seguimos correctamente. Sin recortes, privaciones ni pasar hambre, estar a dieta es todo lo contrario: educación, hábitos saludables y saber encontrar el equilibrio en la nutrición. Un camino que podemos enfrentar con otro carácter siempre y cuando sea de la mano de los súper alimentos. Hoy nos centramos en el aguacate (malamente cancelado por su alto contenido en grasas) y en conocer cómo su acción antiinflamatoria puede ayudarnos a adelgazar sin renunciar al buen sabor. Aunque no es su única ventaja.
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En los últimos tiempos, la dieta antiinflamatoria se han convertido en todo un reclamo en las redes sociales y los profesionales de la nutrición. Recientemente hablábamos con la nutricionista de Clínica FEMM, Leyre López-Iranzu sobre el por qué del éxito de este plan de alimentación.
Descubriendo que los beneficios reales de este tipo de protocolos van más allá de adelgazar: «Una dieta antiinflamatoria nos desintoxica y desinflama, y esto es importante porque una gran cantidad de enfermedades están relacionadas con la inflamación crónica, como la hipertensión arterial y la obesidad«. Y aquí la primera lección para adquirir este tipo de hábitos: no todas las grasas son perjudiciales.
Adelgazar es cuestión de educar, no de recortar
El Dr. Mark Hyma en su libro Come grasa y adelgaza desmiente la falsa creencia de la necesidad de eliminar las grasas de una dieta. Apelando al consumo de las denominadas grasas saludables o no saturadas. Por sus propiedades, son necesarias para el correcto funcionamiento del cuerpo en procesos como la absorción de vitaminas liposolubles, la regulación hormonal, y la protección de órganos vitales

Un informe de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición refleja que la «importancia nutritiva de las grasas estriba en que son los macronutrientes de mayor densidad calórica. Es decir, el nutriente energético por excelencia ya que 1 gramos de grasa aporta 9 Kcal frente al aporte de 4 Kcal por cada gramo de proteínas y carbohidratos».
Debiendo moderar su consumo, eso sí, al «30-35% de las calorías totales procedentes de la dieta». Aquí es donde entra en juego el aguacate, el capricho tropical cuya versatilidad y sabor es capaz de proporcionar un toque exótico a la dieta antiinflamatoria.

Pero más allá del plato, lo realmente sorprendente se encuentra en la infinidad de ventajas nutricionales de este alimento. Especialmente sorprendentes al descubrir que, pese a su alto contenido en grasas, aporta un boost antiinflamatorio al cuerpo favorable en época de adelgazar.
Una fuente de nutrientes
Según recoge un informe de la Asociación Mundial del Aguacate, una de las principales ventajas de este alimento es su contenido en grasas monoinsaturadas. Dejemos a un lado la fiebre que acompaña a la palabra «grasa» porque en este caso estamos hablando de una gran fuente de energía y antioxidantes.
Destaca también por su alto contenido en vitamina E y C, ambas fundamentales para reducir la inflamación. «La vitamina E (medio aguacate contiene 1,34 mg) es un potente antioxidante que ayuda a neutralizar los radicales libres, protegiendo las células del daño y reduciendo la inflamación».

Por su parte, la vitamina C (medio aguacate contiene 6 mg) «juega un papel crucial en la reparación de los tejidos y la acción antiinflamatoria, promoviendo además la salud de los vasos sanguíneos y el colágeno en los huesos», concluye el informe. Su acción se ve potenciada por su alto contenido de fibra, lo que resulta fundamental para el correcto funcionamiento del aparato digestivo.
Además, favorece el equilibrio del microbioma intestinal, un factor clave sobre la inflamación sistémica. Y ayuda a contrarrestar trastornos metabólicos y problemas digestivos derivados de las comilonas de las fiestas o los puentes. Así que conviene apuntar estos consejos ahora que el avance del año empieza a dar paso a los primeros periodos vacacionales.
Todo ello, favorece a reducir los marcadores inflamatorios en el cuerpo, «lo que lo convierte en un alimento clave para combatir la inflamación crónica», con unos beneficios que se extienden de forma holística en la salud cardiovascular, al favorecer el flujo sanguíneo.
Versatilidad para personalizar tu dieta
Con toda la teoría, conviene dar con recetas que sean el reflejo del equilibrio nutricional y que, además, nos permitan disfrutar mientas comemos (además de adelgazar). Elaboraciones donde poder llevar a la práctica todas las propiedades del aguacate en una dieta antiinflamatoria.

Batido
Para un alto contenido en fibras y vitamina, una de las recetas recomendadas por la Asociación Mundial del Aguacate consiste en incorporar un aguacate completo, zumo de naranja y limón, medio plátano congelado, dos cucharaditas de extracto de vainilla, leche de almendras sin azúcar y una cucharada de semillas de cáñamo.

Ensalada
Una de las más virales y destacadas por el cóctel antiinflamatorio que incorporan sus ingredientes. Así es la ensalada elaborada a base de pepino, cebolla morada, aguacate, salmón, queso crema, zumo de limón, sal y pimienta – y una de las favoritas de las celebrities.

Tostada
Sobre una tostada de pan de masa madre extiende un aguacate y espolvorea sobre este cúrcula y pimienta. La cúrcuma es conocida por sus propiedades antiinflamatorias gracias a la curcumina, y la pimienta negra ayuda a mejorar la absorción de la cúrcuma. También puedes sustituir estos dos por semillas de lino o chía, ricas también en omega 3.

‘Dippeando’
Elabora un guacamole healthy aplastando aguacates con ajo, potente antiinflamatorio, cilantro, conocido por sus propiedades antioxidantes, y tomate, para dar un toque de sabor y frescura. Sustituye las patatas por chips vegetales cocinados en la freidora de aire para evitar el consumo extra de grasas.