Los relojes son los auténticos accesorios para coleccionistas, y no solo por su aspecto y valor económico. Los relojes son capaces de mucho más que marcar la hora, los relojes han acompañado al hombre al espacio y a las profundidades del mar, han salvado la vida de personas e incluso han resuelto asesinatos perfectos. Así es, cómo lo lees. Todos conocemos el por qué de los relojes, todos podemos buscar sus especificaciones y aprendernos su historia, pero en el mundo relojero (y de las curiosidades) existen tres momentos marcados por verdaderas piezas relojeras: un viaje espacial, un aterrizaje forzoso y un asesinato. Hoy en COOLthelifestyle te las contamos con todo detalle.
Un ‘fracaso exitoso’ espacial: Omega Speedmaster Professional
Existen una serie de relojes icónicos que marcaron la historia tal y como la conocemos, tanto, que a día de hoy son casi imposibles de conseguir y que los grandes entusiastas de relojes persiguen hasta el fin del mundo.
Uno de ellos es el Omega Speedmaster Professional. Un reloj que no solo posee un diseño atemporal, sino que además es el reloj oficial de la NASA y, podríamos decir, también del espacio, donde ha vivido infinidad de aventuras sorprendentes.
Todo empezó con el primer Omega que viajó al espacio de la mano de Walter Schirra. Prosigue con la caminata espacial junto al estadounidense Ed White y con la llegada a la Luna en 1969. Cómo podemos observar, este icónico reloj ha acompañado momentos inolvidables para el ser humano.
Sin embargo, el momento más glorioso del Speedmaster tuvo lugar en 1970, durante la misión Apolo 13. En aquel entonces, tan seguros estábamos de la mecánica y propósito espacial, que nadie se imaginaba no aterrizar en la Luna, una misión que como hemos mencionado ya se había cumplido… Demasiada seguridad para lo que acabaría aconteciendo.
55 horas y 54 minutos después del despegue, a una distancia de la Tierra de 300.000 kilómetros, un tanque de oxígeno explotó, convirtiendo en imposible la misión de aterrizar en la Luna y en improbable llevar con vidaa casa a los astronautas a bordo: Jim Lovell, Fred Haise y Jack Swigert.
Para ahorrar energía fue necesario apagar gran cantidad de circuitos eléctricos, ordenadores de navegación y relojes. Aquí es donde entra el papel del icónico Omega Speedmaster Professional, el cual se empleó para cronometrar el encendido del cohete motor para la entrada en la atmósfera terrestre, de exactamente 14 segundos. Una maniobra peligrosa que podría haber acabado con la tripulación del Apolo 13, pero que gracias a la actuación del reloj acabo convirtiéndose en un ‘fracaso exitoso’, salvando la vida de los tres astronautas a bordo.
El papel del Omega Speedmaster Professional convirtió este acontecimiento como uno de los momentos estelares de la NASA. Tanto es así, que la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio honró al fabricante con el premio Silver Snoopy Award, la mayor distinción otorgada a las personas y empresas que han contribuido al éxito de una misión espacial. ¿Coincidencia con el Snoopy que podemos ver en algunos de los relojes Speedmaster?
Operación rescate: Breitling Emergency
Un reloj funcional un tanto especial debido a su apariencia. Con un diámetro de 51 mm, este reloj, además de gigantesco, es un modelo sobrecargado de funciones.
El Breitling Emergency está equipado con una baliza de emergencia de dos frecuencias, las cuales permiten mandar una señal de alarma durante al menos 24 horas, sea en mar, tierra o aire, bajo cualquier condición meteorológica. También es capaz de guiar la ruta a seguir para salvar la vida de las personas accidentadas incluso en paraderos desconocidos. Y es que, hubo un momento en la historia en la que este reloj, muchas veces ridiculizado, consiguió salvar la vida de dos pilotos.
Steve Brooks y Hugh Quentin-Smith, pilotos, tuvieron que realizar en 2003 un aterrizaje de emergencia con su helicóptero en la gélida Antártida. Tras la colisión, lograron salvarse a tiempo en su balsa de salvamento y activar el Breitling Emergency de Steve Brooks, gracias a lo cual se consiguió encontrar a los dos pilotos y salvar a ambos en alta mar.
El ‘asesino del Rolex’: Rolex Oyster Perpetual Date
La historia de este reloj tiene nombres y apellidos: Albert Johnson Walker, quien se dedicó a estafar en Canadá varios millones de dólares. Huyó a Inglaterra y comenzó una nueva vida bajo el nombre de David W. Davis y fundó una empresa de reparación de televisores con Ronald Joseph Platt, socio comercial y amigo residente en Canadá, a quien estafaría para hacerse con su identidad, con la que llevó al apellido a la ruina.
En 1995, el auténtico Platt, con la ruina a sus espaldas, decide volver a Inglaterra y el estafador se encuentra con el problema de que existen dos Ronald Joseph Platt en el país.
Durante una excursión de pesca, Albert asesina a su amigo y lo tira por la borda. El cuerpo se encontraría dos semanas más tarde, completamente desfigurado y por lo tanto sin poder identificarlo…
Pero el auténtico Platt llevaba en su muñeca un Rolex Oyster Perpetual Date con el número de serie del reloj, con el que se puede saber quien es el dueño del reloj, lo que acabaría inculpando al estafador y asesino, además de la hora de la muerte de Platt, gracias a la reserva de marcha de 48 horas y el indicador de la fecha.
Gracias al Rolex Oyster Perpetual Date de Ronald Joseph Platt, Albert Johnson Walker fue arrestado y condenado a cadena perpetua. A día de hoy a Albert se le conoce como ‘el asesino del Rolex’.