Las joyas pasan de generación en generación, de madres a hijas, y luego, a nietas. Hemos soñado con tener esos grandes diseños de las películas en blanco y negro, cuando Audrey desayunaba con diamantes enfrente de Tiffany´s o cuando Elizabeth Taylor y Richard Burton se besaban en el largometraje ‘Cleopatra’. Hablando de la reina de Roma (casi), era una de las grandes colectoras de piezas de joyería. Cuando la colección privada de joyas de Elizabeth Taylor salió a subasta en 2011 y generó ventas de 116 millones de dólares, el mundo se maravilló ante su esplendor, pero quizá no sorprendió demasiado. La actriz era una superestrella mundial y su afición por los grandes diamantes era de dominio público. Aunque su competencia ha salido a la luz y la sombra pesa sobre tal hito. La austriaca Heidi Horten gana el oro en esta competición, amasando una magnífica colección que comprende algunas de las piezas más raras del mundo.
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Es la colección privada más cara nunca antes vendida por Christie’s
Vamos a comenzar hablando de la colección de arte de Horten que incluye obras de Pablo Picasso, Andy Warhol, Jean-Michel Basquiat e Yves Klein, y su colección de joyas tiene un pedigrí similar. En la venta se han presentado más de 700 piezas, entre ellas obras de Boivin, Bulgari, Cartier, Tiffany, Harry Winston y Van Cleef & Arpels, la élite de la alta joyería. Entre las piezas más destacadas figura el anillo de diamantes Amanecer de Cartier, con un rubí Sangre de paloma de 25 quilates, el rubí más densamente saturado y apreciado, que se ha resuelto con un precio de compra de 13,3 millones de euros, así como una importante colección de diseños de Bulgari que celebran cinco décadas de excepcional artesanía y estilo italiano de la casa.
Hortel era una asidua de la alta sociedad vienesa y su presencia era requerida en todos los grandes eventos, por lo que el valor monetario y social de sus piezas, es bastante alto. La estimación previa a la subasta ronda los 150 millones de euros, una parte sustancial de los cuales puede atribuirse a diseños de Harry Winston. Destaca el collar «Estrella de África», el cual alcanzó el precio más alto de la subasta, engastado con un rubí mozambiqueño de 54 quilates, que se vendió por 2,7 millones de euros, el doble de lo estimado inicialmente.
Poco antes, otro diamante rosa de 15 quilates, que la millonaria había adquirido a Cecile von Croy en 2011, alcanzó un precio de 2,52 millones de euros, el segundo más alto de la noche.
El Gran Mogol, un collar con una esmeralda de 362 quilates labrada con imágenes del poema épico hindú del Ramayana, fue la penúltima pieza en subastarse y obtuvo un precio de 905.000 euros.
Aunque, el collar de diamantes Briolette of India, es el que ha atraído todas las miradas y las pujas. Con un diamante de corte briolette de 90 quilates, la gema fue tallada a principios del siglo XX y comprada por primera vez a Cartier en 1910. Cuando era propiedad de un maharajá indio, se engastó en una diadema, antes de que Harry Winston comprara la piedra en 1946, que ahora reside en un collar totalmente de diamantes. La inusual silueta de la piedra, su color y su excepcional calidad la convierten en una obra maestra única y su venta ha sido cerrada en 6,4 millones de euros.
«El Mundo de Heidi Horten es la colección de toda una vida», comenta Rahul Kadakia, Jefe Internacional de Joyería de Christie’s. «Partiendo de extraordinarias piezas tempranas que adquirió en las décadas de 1970 y 1980, la Sra. Horten continuó creciendo y conservando su sofisticada colección, combinando elocuentemente diseños vintage y modernos de las principales casas de joyería del mundo que hoy representan algunos de los mejores ejemplos que jamás hayan salido al mercado.» La subasta no termina aquí, puesto que aun quedan de vender 450 piezas de las 700 y se harán a través de internet, siendo la primera celebración este mes y la segunda en noviembre.
Cabe mencionar que todos los beneficios obtenidos, se destinarán a la Fundación Heidi Horten, con la que se financiarán investigaciones médicas y otras actividades filantrópicas, además del mantenimiento del museo de arte moderno y contemporáneo que el magnate inauguró en Viena el 2 de junio de 2022, diez días antes de su fallecimiento.