Las joyas, como la moda y el arte, son un reflejo de nuestro tiempo. Evolucionan con nosotros, reinterpretan lo clásico y abrazan lo nuevo. Hoy, las tendencias en joyería se mueven entre dos mundos: la delicadeza atemporal y el poder de la autoexpresión. Lo saben bien Paola Hernández, fundadora de Specciale, y Patricia y Rosa, madre e hija al frente de Macarena Brava, dos marcas españolas que representan visiones opuestas (y complementarias) de cómo adornarse con significado.
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Naturaleza, calma y brillo: la esencia poética de Specciale
«Una joya puede tener presencia sin necesidad de ser exagerada»
Para Specciale, la inspiración surge de lo cotidiano. «Nos gusta observar los objetos y los detalles simples que muchas veces pasan desapercibidos y convertirlos en piezas con identidad», explica Paola Hernández. Su colección El Invernadero es un homenaje a la fragilidad y la fuerza de una flor: joyas que evocan la delicadeza de la naturaleza pero con carácter. En Specciale, el brillo no se reserva sólo para las ocasiones especiales. «Creemos que una joya puede tener presencia sin necesidad de ser exagerada», dice Paola. La marca busca ese equilibrio entre lo sofisticado y lo cotidiano, logrando piezas que se adaptan a diferentes personalidades y momentos.

«Nos gusta que el brillo sea protagonista, pero no exclusivo de las ocasiones especiales»
El oro, protagonista indiscutible, sigue reinando en sus diseños. «El oro lleva tiempo siendo tendencia y sigue con mucha fuerza. Tiene ese algo especial que nunca pasa de moda», comenta. Aun así, Specciale comienza a coquetear con la mezcla de metales, una tendencia al alza que combina oro y plata en un juego de contrastes elegantes.
«Los tonos suaves, naturales, esos que transmiten calma y dejan que el brillo del metal sea el verdadero protagonista»

En cuanto a color, la casa apuesta por tonos neutros y suaves, dejando que la luz del metal hable por sí misma. Sin embargo, no temen romper su calma estética con piezas más potentes, como el anillo Rafaella, su bestseller del verano. «De vez en cuando nos encanta arriesgar y salirnos un poco del guión», confiesa Hernández, reafirmando esa filosofía de armonía con un toque rebelde.
Maximalismo y descaro: la identidad de Macarena Brava
«Las joyas no son sólo un accesorio; son una forma de decir ‘aquí estoy yo'»
En el otro extremo del espectro, Macarena Brava reivindica el poder del más es más. «Para nosotras, el maximalismo no es una tendencia, es una forma de vivir», afirman Patricia y Rosa. Sus joyas grandes, coloridas y con personalidad buscan acompañar el día a día con fuerza y alegría. «Las joyas no son sólo un accesorio; son una forma de decir «aquí estoy yo»«.

«Siempre hemos defendido lo grande, lo diferente y las personalidades fuertes. Que hoy se valore más la autoexpresión nos encanta»
El dorado también ocupa un lugar central en su universo, símbolo de poder y carácter. «El dorado nunca se va. Puede compartir escenario, pero siempre será protagonista», aseguran. A este brillo cálido se suman piedras de colores intensos –verdes, rojos, marrones– que evocan culturas orientales y transmiten energía.
«Puede que haya momentos en los que el plateado tenga más presencia, pero el dorado sigue siendo el color que representa poder, luz y carácter»

Sus colgantes simbólicos, como Ojú o Mi alma, se han convertido en iconos. «Son piezas que se convierten en parte de ti. No son collares que te cansas de ver, sino los que miras años después y te recuerdan quién eres», explican. En un mundo donde la joya también comunica, estas piezas son amuletos modernos cargados de emoción y significado.
Tendencias en joyas que se cruzan: expresión y atemporalidad
Aunque Specciale y Macarena Brava sigan caminos distintos, ambas coinciden en lo esencial: la joya contemporánea tiene alma. Ya sea desde la serenidad o desde la exuberancia, las nuevas tendencias celebran la autenticidad, la mezcla de estilos y el valor emocional de cada pieza. En palabras de Paola Hernández, «buscamos que las joyas sean atemporales, fáciles de llevar y con alma». Y como resumen perfecto, desde Macarena Brava lo tienen claro: «Lo maximalista no es exceso, es identidad».
