Las puertas del Louvre están cerradas. En el interior de uno de los museos más famosos del mundo, se encuentran no sólo obras de arte que han escrito historia como la Mona Lisa, sino que en sus diferentes espacios se habla del pasar de los años a través de pintura, escultura y elementos brillantes, como las joyas. El mundo se encuentra conmocionado con la extracción de nueve piezas del museo francés, pertenecientes a la colección de Napoleón y que pertenecían a Eugenia de Montijo, emperatriz de los franceses por su relación con el general. Un robo que implica, al menos, a siete ladrones.

Lo sucedido parece sacado de una historia de ciencia ficción y es que nos recuerda a las aventuras de Arsène Lupin, un ladrón de guante blanco ficticio creado por el escritor francés Maurice Leblanc en 1905. Mientras todo París descansaba, unos encapuchados se han adentrado en uno de los museos más seguros del mundo, con la misión de extraer nueve joyas, sin que nadie se dé cuenta. Todo realizado en un plazo de apenas 10 minutos. Según los datos de las autoridades, han conseguido sustraer 9 de las 23 piezas que componen la exposición de la Galería Apolo y estas son las que, por el momento, se saben y que son más valiosas:
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La corona de la emperatriz Eugenia
La forma de la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo es típica de las representaciones de la época, diseñadas según un principio ya presente en el escudo de armas imperial del Primer Imperio. Cuenta con 16 arcos que se hallan flanqueados por largas líneas de diamantes y un semicírculo formado por 32 esmeraldas y rematado con una cruz latina embellecida con seis brillantes. En total, la pieza suma más de 1.500 diamantes y 56 esmeraldas. Ha sido encontrada en una de las motos de los ladrones, con la sospecha de que está rota. No hay una valoración real, pero expertos afirman que puede superar los 10 millones de euros.

El broche de diamantes robado en el Louvre
Corría el año 2014 cuando Ralph Esmerian, joyero de las estrellas, sacaba a subasta una colección privada, que fue parada de manera judicial. El broche de Eugenia de Montijo era una de las piezas que formaban parte del lote, pero antes de que acabara en manos erróneas, Christie’s confirmó que el museo del Louvre adquirió la misma. El precio no fue de los más bajos y es que los franceses tuvieron que pagar 10,5 millones de euros al coleccionista. Consiste en un lazo de diamantes de 141 quilates en total y un diseño que, en la actualidad, no se ve.

Tiara de perlas de Eugenia de Montijo
Esta joya fue creada en 1853 por encargo de Napoleón III para su esposa, la emperatriz Eugenia, y fue adquirida por los Amigos del Louvre tras ser vendida por su última propietaria, la condesa Gloria von Schönburg-Glauchau, para saldar una deuda. El diseño de la tiara cuenta con 212 perlas verticales en forma de pera y casi 2000 diamantes, todo ello con un engaste en plata. Esta fue vendida en 1887, durante la Tercera República de Francia, y Tiffany & Co. fue el mejor postor. En 1890, la tiara fue revendida y comprada por Albert, príncipe von Thurn und Taxis, y así hasta que llegó a manos del Louvre, por 11,2 millones de euros.
