Kate Middleton está considerada como una de las ‘royals’ más elegantes del mundo, y es algo que es un hecho. La princesa de Gales y futura reina de Inglaterra ha dado muchos titulares en los últimos tiempos y no sólo por la enfermedad que padece. Mientras sigue cumpliendo con su agenda real, estamos viendo varios estilismos que nos sirven como inspiración para estas fiestas, los cuales acompaña con piezas del joyero real que, aunque veamos cientos de veces, siempre nos dejan sin aliento, como son estos pendientes de Cartier, que pertenecían a la reina Isabel II.

Cada 19 de noviembre, el monumental y victoriano teatro Royal Albert Hall de Londres abría sus puertas con un motivo excepcional. El objetivo era acoger una nueva edición de la gala Royal Variety Performance 2025, un espectáculo benéfico anual que reúne actuaciones de distintas variedades artísticas. Durante muchos años, ha sido escenario de varios artistas y nombres como Lady Gaga, Los Beatles, Coldplay o el elenco del musical El diablo viste de Prada, que han deleitado a la familia real británica.
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Con el dress code señalando gala para ellas y black tie para ellos, los príncipes de Gales han deslumbrado. Kate Middleton, como siempre, ha sido una de las más elegantes de la noche y con diferencia. Algo que sabemos que iba a pasar, puesto que era su vuelta al evento, después de dos años de ausencia por su enfermedad. Teniendo en cuenta, a nivel general, cómo son los protocolos de vestimenta en la casa real británica, está claro que ella sabe salvar bien las situaciones, pero como siempre decimos en la redacción de COOL: «La percha ayuda».

Para esa noche, el protagonista secundario fue un vestido de terciopelo verde, que podríamos haber visto perfectamente en alguna alfombra roja de Hollywood. Hablamos de una creación de Talbot Runhof, con una figura ajustada, realzando el cuerpo de la princesa de Gales y un disimulado escote bardot, que le daba un toque moderno, pero sin salirse de lo que las normas estipulan.

Y decimos que ha sido secundario, porque en lo que nos hemos fijado es en las increíbles joyas, que funcionaban como el complemento perfecto. Sabemos que el vestido ya, por sí sólo es espectacular, pero con estos pendientes históricos de Isabel II, hacen que esa elegancia suba a otro nivel. Sabemos que Kate Middleton heredó bastantes diseños de esta, mientras que otras las tiene Camila Parker Bowles (sobre todo las joyas de la corona) y alguna pieza está en manos de Meghan Markle.

Se trata de los famosos pendientes de la colección de joyas de Margaret Greville, hija de un multimillonario empresario cervecero de la Inglaterra del siglo XIX. Fue una de las grandes anfitrionas de su época y por su salón han pasado personalidades como Winston Churchill, entre otros. Sus estrechos lazos con la familia real hicieron que, al morir ella, las joyas pasaran a ser de los componentes de la dinastía real británica en 1942.

En Kate Middleton hemos visto un exclusivo y valiosísimo par de pendientes de diamantes, creados por Cartier, que Isabel II recibió como regalo de bodas. En su origen se trataba de unos pendientes cortos con sólo dos tallas, pero Margaret los aumentó de tamaño y modificó para que parecieran un chandelier con estética art déco. El resultado contiene la talla esmeralda, pera, cuadrado, media luna, trapecio y baguette, y fueron una de las piezas que los dos monarcas cedieron directamente a la princesa Isabel II cuando se casó con Felipe Mountbatten el 20 de noviembre de 1947. Casualmente, lo ha llevado a un evento que era el favorito de la difunta reina de Inglaterra y un día antes del aniversario de su boda. ¿Será un guiño a la que fue su abuela política?
