La Navidad es ese momento del año en el que cada plan tiene su propio brillo. Hay cenas íntimas en casa, noches glamurosas con amigas, comidas de trabajo y fiestas que piden más lentejuela que criterio. Pero si algo tienen en común todas estas celebraciones es que elegimos cada look con una mezcla de ilusión y estrategia: el vestido perfecto, los zapatos adecuados, el maquillaje que aguante horas… y el collar. Ese accesorio capaz de arreglar un escote, estilizar el cuello y darle personalidad a un outfit entero.
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Porque sí, en Navidad cada detalle cuenta. Y elegir el collar ideal no es cuestión de azar. Depende, y mucho, del tipo de escote que lleves. Así que hoy te propongo un juego estilístico: dime cuál es tu celebración navideña y te diré qué collar llevar. O mejor dicho: qué collar encaja con el escote que vas a lucir.
Cena íntima en familia: escote redondo o cuadrado
Las celebraciones más cálidas y familiares suelen invitarnos a looks cómodos y relajados, casi siempre con prendas de escote redondo o cuadrado. Para las que buscan verse bien sin perder naturalidad, los collares cortos son la clave. Una gargantilla delicada en el escote redondo enmarca el rostro y aporta luminosidad sin restarle protagonismo a la prenda. En el escote cuadrado ocurre algo parecido: los collares que quedan sobre la piel, y no demasiado largos, ayudan a equilibrar las líneas rectas del escote y crean un efecto muy femenino y suave.

Cena formal o comida especial: escote en V o escote tipo barco
Las celebraciones navideñas más elegantes piden también una elección más pensada del collar. El escote en V, tan clásico como favorecedor, pide una pieza que siga su misma forma. Una cadena fina que caiga en vertical o un colgante alargado estilizan el cuello y acentúan la forma del escote de una manera elegante y natural. Si llevas un escote tipo barco o palabra de honor recto, la armonía manda. Una gargantilla delicada o un collar corto que se quede en la base del cuello funciona como un marco suave que realza la clavícula y aporta sofisticación.

Fiesta con amigas o nochevieja: escote palabra de honor o asimétrico
Aquí entramos en terreno festivo, atrevido, con más brillo y más ganas de arriesgar. El escote palabra de honor ofrece libertad absoluta. Puedes llevar desde una gargantilla minimalista hasta un collar más llamativo, siempre que quede sobre la piel y no invada la prenda. Esta combinación destaca automáticamente cuello y hombros, creando una imagen muy femenina y glamurosa, perfecta para una noche de celebración.
Si eliges un escote asimétrico, la prenda ya está contando una historia por sí misma. En este caso, lo ideal es reducir el protagonismo del collar y apostar por uno discreto o incluso prescindir de él. Una gargantilla fina o un choker casi imperceptible ayudan a equilibrar visualmente la composición sin competir con la arquitectura del propio vestido.

Comida de oficina o eventos semi-formales: cuello alto o camisa abotonada
En los compromisos más profesionales solemos recurrir a prendas de cuello cerrado: camisas, jerséis de cuello alto, blusas estructuradas. Aquí entran en juego los collares largos, perfectos para romper la continuidad de la prenda y alargar visualmente la silueta. Una cadena fina, un colgante en caída vertical o incluso varias cadenas superpuestas en diferentes longitudes crean textura y sofisticación.
Si optas por una camisa abotonada y decides dejar uno o dos botones abiertos, las gargantillas discretas y las cadenas delicadas encuentran su lugar ideal. Aportan feminidad y un toque cool sin restarle profesionalidad al conjunto.

