Wolfgang Porsche a sus 82 años ha revolucionado la ciudad de Salzburgo por su último proyecto: construir un túnel subterráneo para llegar en coche a su villa. Por supuesto, una de las más espectaculares de la ciudad, situada en lo alto de la montaña que preside Salzburgo. Si nos detenemos en los detalles, la historia y el por qué de esta obra responde más a la ficción que a la realidad pero, lejos de polémicas con la figura del Señor Porsche, la auténtica protagonista de la historia es la villa. Y nos hemos preguntado, ¿Qué tendrá Paschinger Schlössl para haber despertado tantos deseos en los sueños de este magnate?
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La historia detrás de toda la polémica responde a la ficción. Imagina tener un túnel privado donde poder guardar los coches de ultra lujo y que le permita acceder a su casa sin tener que cruzar la ciudad. Parece que estamos haciendo un análisis del acceso a la casa del personaje de ficción Bruce Wayne pero la realidad es que es una forma de resumir el proyecto que ha intentado iniciar el empresario Wolfgang Porsche.
¿Quién es Wolfgang Porsche?
Con una fortuna de 20.000 millones en el bolsillo, hay pocas metas o realidades que puedan escapar de las manos de multimillonarios como Wolfgang Porsche. Da igual cómo haya llegado el nombre de este empresario a tus oídos: si como Wolfgang Porsche o como Señor Porche. De ambas formas, su apellido no engaña y es ya suficiente carta de presentación para el gran público. ¿Acaso a estas alturas es necesario entrar en detalles sobre cuál es la casa de automoción Porsche? Sí que conviene escalar en el árbol genealógico de sus fundadores para poder situar a Wolfgang Porsche, ya que fue su abuelo quien fundó la firma de coches en 1931.

Hoy el Señor Porsche es el rostro de la marca y su principal embajador. Ocupa el puesto de accionista y presidente de los Consejos de Supervisión de Porsche Automobil Holding SE y de Porsche AG; además de ser miembro de los Consejos de Supervisión de Volkswagen AG y Audi AG. Pero su extenso currículum va más allá de la empresa del motor, ya que también ocupa cargos en el campo de la cultura y la ciencia y es Cónsul honorario de Noruega. Una realidad que no ha hecho más que alimentar (aún si cabe) su polémica decisión de escarbar la ciudad para conseguir un mejor acceso a su casa.
Un túnel hacia su casa
El escándalo estalló a principios de año cuando el Señor Porsche solicitó y obtuvo permiso para escarbar en la montaña de Kapuzinerberg un túnel privado desde el garaje de Glockengasse, situado en el centro de la ciudad, directamente con el garaje de la villa. Su argumento: es complicado a su edad conducir los coches por el único camino que lleva a su villa. Aquí el quid de la cuestión: El centro de Salzburgo es desde 1996 patrimonio mundial. Si bien es cierto que estas obras no afectarían al centro de la ciudad, dentro de la zona protegida por la designación también se incluye el monte Kapuzinerberg.

Toda esta polémica ha llevado a los ciudadanos a reabrir un debate que lleva un tiempo latente: el libre albedrío de las grandes fortunas para con las ciudades. ¿No recuerda esto a como hace unos meses la ciudad de Venecia se levantaba contra la gran boda de Jeff Bezos y Lauren Sánchez? Pero es que la respuesta de ciudadanos y activistas también ha sido algo digno de comentar, ya que, para mostrar el descontento, organizaron el Festival del Túnel Porsche de Salzburgo. Mucho debe de valer la pena la villa de Paschinger Schlössl para haber levantado tantas revueltas, al puro estilo Elena de Troya.
Donde estuvieron Mozart y Zweig
Hablamos de la villa Paschinger Schlössl en Kapuzinerberg, la colina que domina Salzburgo. No es una villa cualquiera. Se trata de un edificio protegido y forma parte del Centro Histórico de la Ciudad de Salzburgo, declarado también Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Un impresionante palacete cuyas paredes son testigo del paso de grandes figuras de la historia y que el magnate adquirió en 2019 por casi 9 millones de euros. Desde entonces la casa se encontraba en total remodelación y solo le faltaba un punto: el túnel.
El viaje al Paschinger Schlössl siempre ha sido difícil. En la época de Stefan Zweig, era «inaccesible para los coches y solo se podía acceder subiendo más de cien escalones«, como escribió en sus memorias. Y así se ha mantenido hasta día de hoy: con esa complicada cuesta que hace todo un reto ascender hacia la puerta principal de la solución. Así que, a grandes problemas, grandes soluciones, pensó el millonario Señor Porsche.
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Y por eso, adentrado en la recta final de la obra de su propiedad, pensó que la mejor opción era construir un túnel de 500 metros que le permitiera ahorrarse la subida de ascenso a la propiedad. Claro que, aprovechando la obra, el proyecto del túnel incorpora espacio para 12 automóviles. Solo una pequeña parte de la impresionante colección automovilística del magnate.
Si bien es cierto que, como mencionamos, no estamos frente a una villa cualquiera. La propiedad fue construida en la segunda mitad del siglo XVII, pero fue a principios del siglo XX cuando logró ocupar un lugar en los libros de historia. Por aquel entonces, Stefan Zweig fue propietario de la casa – entre 1918 y 1937 – donde se dice que escribió más de 200.000 páginas. Por eso se la conoce también como Stefan-Zweig-Villa.
Solo fue uno de los memorables propietarios históricos y personajes que han pasado por esta villa. En el siglo XVIII habitaba Anna Helene Hermes von Fürstenhof, donde Nannerl Mozart daba clases y donde se dice que Mozart fue en varias ocasiones a visitarla. Su nombre se remontaba a su siguiente propietario, Anton Paschinger, de cuyas manos pasaría a Stefan y Friderike Zweig (1917–1934), a la familia Gollhofer (propietaria hasta 2020) y finalmente a Wolfgang Porsche.

Han sido muchas las remodelaciones que ha sufrido la propiedad con el paso de sus diferentes propietarios, pero ninguna como la prevista por el señor Porsche. Actualmente, se alza entre la vegetación como una de las muestras de la arquitectura señorial austriaca. Su fachada responde a un diseño barroco con elementos neoclásicos rurales, típica de las villas burguesas de montaña del siglo XVII-XVIII en Austria
El edificio se extiende en un bloque alargado de tres plantas con tejado a cuatro aguas y un pequeño torreón. Pero lo impresionante está en su interior, decorado con un tono de villa campestre aristocrática. Donde el gran protagonista es el gran salón del primer piso decorado con tapices/escenografías de lienzo de Joseph Dufour y detalles decorativos que hacen ademán del carácter histórico de la propiedad.