La gran fiesta del deporte llega a su final y la gala de clausura es uno de los momentos más esperados de la noche. La velada ha comenzado con un emocionante video recopilatorio, cuyo punto de partida ha sido el museo del Louvre, mostrando uno de sus grandes tesoros, La Gioconda. Hay una fuerte presencia de caras conocidas y se espera la actuación de muchos artistas, pero de momento, el pistoletazo de salida de esta celebración final de los Juegos Olímpicos lo ha dado el actor Tom Cruise, con una muestra de acción digna de su saga de películas, Misión Imposible.
El Stade de France es el inmenso estadio que ha tenido como centro muchas pruebas y es el epicentro mundial de las miradas en esta ceremonia. El evento daba comienzo con el pase de banderas con todas las delegaciones y la mayoría de sus medallistas, con ausencias notables con la de la atleta Simone Biles, además de un show representado por un viajero del tiempo que nos relataba una historia ficticia sobre el futuro de los Juegos Olímpicos.
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Hace unos días veíamos a Tom Cruise ensayando por las calles de París con una moto, la cual llevaba ataviada la bandera de los Juegos Olímpicos, y el actor ha representado una escena digna de
La moto en cuestión que conduce el actor es una LiveWire Delmar S2, el nuevo vehículo de dos ruedas que presentó la casa Harley-Davidson en marzo. Todos los detalles están cuidados y es que se ha usado esta marca, como parte representativa del mundo del motor de dos ruedas estadounidense, para dar la bienvenida a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, puesto que el origen de la misma es Milwaukee, Wisconsin.
Este es el tercer vehículo eléctrico de dos ruedas que lanzan, pues en el catálogo ya tienen su pionera LiveWire One y la LiveWire S2 Del Mar y estamos seguros de que después de la actuación de Cruise, los amantes de las motos se harán con una de ellas. Para los expertos, un detalle importante es que la distancia entre ejes en esta montura sí que va a ser mayor que la de la One y la S2 actuales.
Uno de los puntos relevantes es la altura del asiento, ya que se habla de 768 milímetros, y es la medida perfecta para ir más cómodo. Y, además, se muestra un peso de 195 kilos, lo que significaría que marca en la báscula 3 kilos menos que la flat track. A todo esto hay que añadir unos neumáticos más lisos que su predecesor, el modelo Del Mar, lo que hace pensar que nos vamos a encontrar una versión naked en toda regla, que busca una experiencia de conducción fiel al segmento que invade.
Estamos hablando de una creación con una potencia de hasta 100 CV o 75 kW, que se alimenta del paquete de baterías de 15,4 kWh, que da para recorrer 152 kilómetros en ciclo mixto y algo más en circulación urbana. El precio de venta al público en Europa se sitúa en 15.000 euros.
