Según varios puntos de la historia, los aviones privados tienen un comienzo dispar. La historia de la aviación comenzó con los hermanos Wright en 1903. Este hecho histórico fue el comienzo de uno de los modelos de transporte más revolucionarios hasta la fecha junto con el vehículo de cuatro ruedas. Desde la Alemania nazi, hasta un 7 de octubre en Wichita, Kansas, los vuelos privados se fueron dando cada vez más. Es un servicio que era tan exclusivo que, a día de hoy, es algo que sólo las grandes fortunas se pueden permitir y pueden customizarlo como quieran. Por ello, vamos a conocer los jets privados más extravagantes de la historia.
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El modo preferido de viajar para multimillonarios, CEO, celebridades y líderes mundiales, es el jet privado, puede verse como la personificación del lujo y la riqueza. Este es uno de los motivos por los que, quienes lo disfrutan, no quieran que se parezcan a los otros y los personalizan de unas formas que son increíbles. Estos son algunos ejemplos:
El jet privado de Led Zeppelin y los Rolling Stones
The Starship, así es el nombre de este avión. Era un Boeing 720B de cuatro motores que perteneció a American Airlines en los años 60, y que fue adquirido por la compañía Contemporary Entertaiment por 750.000 euros a principios de los 70. Sus propietarios Bobby Sherman y Ward Sylvester decidieron invertir otros 200.000 euros, de aquella época, para dotarlo de todas las extravagancias que busca un artista de rock. El primero de muchos jets privados extravagantes de la historia.
Redujeron el tamaño de la cabina de 138 a 40 asientos para dejar espacio a un sofá de nueve metros de largo, televisores con primitivos aparatos de vídeo, y una nutrida biblioteca de películas donde abundaba el material para adultos. No conformes con eso, construyeron una barra de bar, contigua a un órgano electrónico, donde también había sillones para tomar una (o varias) copas junto a una estufa de leña de cartón piedra. En la parte trasera había dos dormitorios: uno tenía aspecto de salón chill out, con almohadones y telas de colores y el otro presentaba una cama de agua king-size con un baño en suite.
El jet privado de Hugh Hefner
A finales de los años 60, el fundador de Playboy e icono de la revolución sexual, Hugh Hefner, decidió invertir alrededor de 5 millones de euros y comprar un DC-9 para convertirlo en el jet de sus sueños, personalizado con todos sus caprichos. Los pasajeros eran atendidos por azafatas vestidas con uniformes negros de piel sintética, bautizadas como Jet Bunnies. El uniforme terminaba de componerse con orejas y cola de conejo, botas negras y pañuelos blancos de aviador.
En el avión sólo entraban 38 pasajeros y, entre muchas de las amenidades que tenía, Hefner lo tapizó con piel, le instaló una ducha de tamaño bastante grande, una gran cama redonda con teléfono satélite disponible, además de una discoteca. ¿Cómo lo llamó? The Big Bunny. Solía viajar con amigos, como el director Roman Polanski y, además, es famosa la historia de que le prestaba en ocasiones el avión a Elvis Presley durante sus giras para que puediera trasladarse.
Trump Force One
Es uno de los medios de transporte más clásicos de Trump, además de ser uno de los más comentados. Mandó el avión a reformar y se espera que, este 2024, vuelva a la carga con su renovación y listo para llevarle en su campaña a la presidencia. Eso sí, uno de los cambios que podemos observar es que ya no lleva la famosa T de antes, sino que la ha cambiado por la bandera de los Estados Unidos. Si hablamos de jets privados extravagantes, este ha hecho historia.
Aun así, lo que conocemos de él, uno de los jets privados más extravagantes del mundo, es que cuenta con 43 plazas y tiene capacidad para comidas gourmet, aunque hayamos visto a Trump comiendo comida rápida a bordo. Según se ha podido saber, tanto los cinturones como varios apliques del avión, están acabados en oro de 24 quilates. Cuenta con asientos, un sofá y el Sky Theater, con un televisor de 57 pulgadas y un sistema de sonido que no tiene nada que envidiar a una sala de cine. El baño tiene encimera de mármol verde, además que el lavabo está hecho de oro macizo.
El jet privado del emir de Qatar
Aunque ya no sea de su propiedad, puesto que lo vendió por la friolera de 640 millones de euros, Tamim Bin Hamad Al Thani, emir de Qatar, tuvo uno de los aviones más extravagantes de la historia. Un lujoso Boeing 747-800, que formaba parte de una colección de 14 aviones. Es curioso, puesto que, a sus 40 años, tiene más propiedades en Londres que la propia familia real británica.
Tiene varias salas de reuniones, un amplio salón, un enorme dormitorio en suite, varios dormitorios para los invitados, un comedor y hasta una pequeña enfermería. Todas las estancias están adornadas con numerosos cuadros. Además de tener una línea de Wifi propia, los colores principales que se encuentran en el jet son, por un lado, el blanco y el azul, y por el otro, el dorado y el marrón de la madera de sus muebles.
Kim Kardashian
Muchos la califican como la persona más famosa del planeta y sí, no lo vamos a rebatir. La socialité y empresaria es dueña de un G65OER y pagó cerca de los 150 millones de euros por él. Kim diseñó el lujoso interior del avión con la ayuda de Tommy Clements y Waldo Fernández, dos diseñadores de interiores de renombre, siendo el beige el color protagonista y acompañado por otros colores neutros. La cabina cuenta con 18 asientos, acabados en cachemir y cuero. Uno de los jets privados extravagantes de la familia Kardashian-Jenner.
Lo curioso es que, antes de montar a este jet, es necesario saber las normas que hay explícitas y hay que cumplir. Obviamente, antes de entrar al espacio interior hay que descalzarse y hay que llevar las zapatillas de su marca, Skims. La pasta y la pizza no están permitidos, además de que recomienda no ir muy maquillada para no manchar el cachemir.