Conocida por sus playas de arena blanca y travesías turquesas de ensueño, Turquía también se erige como un destino invernal a tener en cuenta con sus montañas nevadas, sus lujosos resorts de invierno y la posibilidad de rendirse al heliesquí.
Este deporte, no apto para todos los públicos, consiste en transportar en helicóptero a los esquiadores hasta altas cumbres que de otro modo serían inaccesibles solo se puede practicar en seleccionados rincones del mundo, entre ellos, Canadá, Suiza, Estados Unidos o Chile. Y también en Turquía, concretamente en sus montañas Kaçkar.
Localizadas en el distrito de Çamlihemsin, en la provincia de Rize, las montañas Kaçkar iniciaban la temporada invernal con el descenso de 16 esquiadores de Suiza y Francia que completaron la primera ruta de heliesquí. Con previsión de extenderla hasta marzo, más de 370 deportistas de Canadá, Rusia, Italia o Estados Unidos ya están acreditados para disfrutar de esta actividad extrema que cada año atrae a más aventureros.
Si eres de los que disfruta de lo lindo con el turismo de aventura y los deportes de invierno seguro que apuntarte a este deporte está en tu listado de cosas pendientes. No dudes más y echa un ojo a las más de 400 pistas con descensos verticales de 700 a 1.200 metros en las montañas Kaçkar.
Las condiciones orográficas de esta zona montañosa de la región del Mar Negro, con su pico más alto a 3.900 metros de altitud y pistas que varían desde los 3.600 a los 1.200 metros de elevación sobre el nivel del mar, unido a la amplitud del terreno y las nevadas regulares durante los meses más fríos, hacen de la cordillera de Kaçkar el lugar perfecto para practicar heliesquí.
Una experiencia 360
La maravillosa experiencia de descender por laderas totalmente vírgenes se realiza, por supuesto, con la más absoluta seguridad. El equipo que le acompañará en su aventura por las montañas nevadas de Turquía está formado por profesionales experimentados de países alpinos, incluidos pilotos profesionales de helicóptero, reconocidos especialistas en el Himalaya o equipos de rescate. Tampoco faltarán masajistas, guías, ingenieros e intérpretes.
Este imponente paisaje blanco de esta región del Mar Negro se puede complementar, además, con pernoctaciones en elegantes alojamientos boutique en la desconocida y poco turística meseta Ayder en los que terminar la jornada disfrutando de un tratamiento relajante y de una gastronomía local donde rendirse a clásicos como el desayuno tradicional de la región del Mar Negro.
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