Atención amantes de la trufa porque hemos encontrado un lugar en La Provenza que se podría catalogar como el mejor restaurante de este manjar en Francia.
Chez Bruno seduce según atraviesas sus puertas. Sus mesas, las esculturas clásicas, los cenadores y un ambiente bucólico son los protagonistas secundarios de este mágico enclave, en el que la trufa es el protagonista principal. Se trata, posiblemente, del restaurante dedicado a la trufa más afamado de todo Francia.
Chez Bruno cuenta también con hospedaje, para que puedas redondear esta mágica inmersión provenzal.
Al frente de la cocina encontramos a Benjamin Bruno, quien junto a su equipo han creado platos únicos con la trufa de temporada. Este mismo alimento ha convertido a Clément Bruno en un ejemplo de restaurante de tradición culinaria en Lorgues, Francia.
En invierno degustarás la trufa negra y en verano la trufa blanca, el caso es que tras Chez Bruno existe una tierna historia familiar. Fue el hogar de la abuela del dueño, quien compartió con él su amor por la cocina.
Infancia pobre, pero rica en descubrimientos gustativos
Bruno se define como ‘el guardián de las tradiciones culinarias’, compositor y ‘emperador de la trufa’. El que en su día fue un niño local perteneciente a una familia humilde, se alimentó con trufas desde pequeño (producto de la zona), mientras ansiaba el clásico pain-au-lait-chocolat, al igual que el resto de chavales de su edad.
Por aquello de la variedad de la materia prima, las propuestas se mejoran y se convierten en más frescas en cada estación.
Siempre prestando atención a la elaboración y selección de productos con un notable respeto por las tradiciones de la región. Algo que pretenden transmitir a través de platos, sabores y productos en cada una de sus propuestas de menú.
Tanto si prefieres observar la belleza de un entorno vegetal con mesas de hierro y mármol mientras escuchas caer el agua de una fuente, como si prefieres contar con una zona más íntima para ti y tus acompañantes, Chez Bruno está dispuesto a hacer de tu visita, una experiencia gastronómica inolvidable.
Dulces con trufa
Algo que generalmente llama nuestra atención es cómo desde sabores que acostumbramos a probar dentro de platos salados, ahora también pueden formar parte de delicias dulces que jamás habríamos imaginado.
En este caso, helado y una deliciosa ‘isla’ con chocolate, también contaban con el alimento estrella de este sitio. Toda una oda con toque francés a la trufa que estamos seguros de que te deleitará.
Las creaciones más dulces del chef
No podríamos darnos por satisfechos sin antes haber hablado de un alimento clave en cualquier comida: ese es el vino. Combinar los sabores de la comida con un buen vino es un placer de nota. La tradición francesa corresponde a uno de los más antiguos cultivos de la vid. Y, en esta ocasión, te proponemos probar un rosado de la zona que ya te presentamos en otra ocasión: Whispering Angel.
Precio del menú degustación 195 euros.
Interior y zonas privadas del restaurante
Clément Bruno y sus hijos