Sara Carbonero nos ha sorprendido al compartir en sus redes una escapada que tuvo lugar hace ya un mes. Fiel a su estilo discreto y pausado, la periodista ha esperado el momento adecuado para revelar los detalles de una visita que, por lo que se percibe, ha sido profundamente especial: Córdoba, una ciudad que huele a historia y se saborea en cada rincón. Carbonero visitó algunos de los grandes imprescindibles de la capital andaluza, como la imponente Mezquita-Catedral o la enigmática Medina Azahara, un tesoro arqueológico declarado Patrimonio de la Humanidad. Dos joyas que, como la propia Sara, respiran belleza, profundidad y legado. Sin embargo, no fue sólo un viaje cultural, sino también una inmersión en los sabores de la tierra, y aquí es donde entra en escena su ruta gastronómica por la ciudad.
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Uno de los lugares que conquistó el paladar (y también el corazón) de la periodista fue Bodegas Mezquita Corregidor, un clásico de la cocina cordobesa donde tradición y mimo se dan la mano. Allí, Sara no dudó en posar sonriente junto a José Criado, encargado del establecimiento, en una imagen que más tarde fue compartida en sus redes por el propio restaurante, acompañado de un mensaje lleno de afecto: «Momentos que se guardan en el corazón. Hoy hemos tenido el honor de recibir a Sara Carbonero en Bodegas Mezquita Corregidor. Gracias, Sara, por tu sencillez, tu sonrisa y por llevarte un pedacito de nuestra alma contigo».
¿Se tomaría aquí un tinto de verano? Y es que, como bien informa Bodegas Mezquita Corregidor, l tinto de verano nació en Córdoba en los años 20 del siglo pasado con el nombre de Vargas, en honor a la Venta Vargas, donde D. Federico Vargas empezó a mezclar vino tinto con sifón para refrescar las noches estivales. Y es aquí, en Córdoba, donde rinden homenaje a este cóctel cordobés con historia.
Un restaurante típico cordobés con Sol Repsol
Pero la periodista no se detuvo ahí. Su recorrido la llevó también hasta otro referente de la gastronomía cordobesa: Casa Pepe de la Judería, un restaurante emblemático situado en el corazón del casco histórico, donde la cocina tradicional andaluza se reinterpreta con una elegancia singular.
Allí, Sara Carbonero disfrutó de una comida en compañía de sus seres queridos, recibiendo también una calurosa bienvenida por parte del equipo del restaurante. «Gente bonita por dentro y por fuera que nos visita. Ayer tuvimos el gran placer de recibir a Sara Carbonero, quien disfrutó en compañía de seres queridos de una comida en nuestra casa. Gracias por el detalle de hacerte una foto con nuestros compañeros. ¡Ya sabes que aquí tienes tu casa en Córdoba!», escribía el equipo de Grupo Cabezas Carmona, orgullosos de su buque insignia, que en 2022 fue reconocido con su primer Sol Repsol, bajo el liderazgo del chef ejecutivo Juan Pedro Secaduras.
El restaurante está recomendado por la guía Michelin y esto es lo que dice del establecimiento: «Es un gran clásico de la judería y suele sorprender por su interior; no en vano… ¡ocupa una de las antiguas casas de este emblemático barrio! En sus coquetos comedores, repletos de carácter y tipismo, te ofrecerán una extensa carta de tinte regional que no está exenta de detalles actuales (iconos del recetario cordobés, carnes seleccionadas del valle, platos de huerta y temporada, elaboraciones con atún rojo de almadraba…)». Uno de sus platos que no te puedes perder es el salmorejo con jamón ibérico.
Sara Carbonero y ‘slow life’
Más allá de los monumentos y de la buena mesa, la escapada de Sara Carbonero refleja también esa búsqueda constante de lo auténtico, de los lugares con alma y sabor. Córdoba, con su Judería empedrada, sus patios en flor y su hospitalidad sincera, parece encajar a la perfección con el espíritu tranquilo, introspectivo y cercano de la periodista toledana.
Este viaje llega tan solo una semana después de que compartiera momentos junto a su inseparable amiga Isabel Jiménez en La Graciosa, la pequeña isla canaria que tanto ha enamorado a ambas.
Su paso por Córdoba no sólo ha dejado huella en quienes la han recibido con cariño, sino también en quienes, desde sus redes, han podido disfrutar de la ciudad a través de sus ojos. Y quién sabe, tal vez pronto vuelva, porque como le dijeron en Casa Pepe, «aquí tienes tu casa». Y eso, para alguien como Sara, lo es todo.
