El Invernadero, situado en en número 85 de la Calle Ponzano (Madrid), no es un restaurante vegetariano ni vegano. Tampoco se trata de un restaurante convencional. Rodrigo de la Calle ha creado un restaurante de alta cocina verde en el que cada comensal compone el menú con total libertad. Pero esta no en su única peculiaridad.
Un chef «domesticador de vegetales»
El chef se define a sí mismo como un «domesticador de vegetales» y no cabe duda de que es así. Comenzó su aventura en el mundo vegetal empujado por el azar y junto con su amigo Santiago Orts descubrió un concepto singular: la gastrobotánica.
Él mismo dice que la naturaleza vegetal es el pilar fundamental de su cocina. Tratan el producto con respeto, aceptando su temporalidad y evanescencia y dejándose llevar por los ciclos de la vida marcada por el reloj de las estaciones. Esta es la clave para conseguir siempre la máxima expresión en cada plato. Su restaurante de alta cocina verde basa su propuesta en la recuperación de especies vegetales y respeto al entorno.
El espacio
El espacio es sereno y acogedor. Los cocineros trabajan a la vista del comensal en una cocina abierta con un mostrador repleto de vegetales y productos frescos. Otra peculiaridad del lugar es que no hay equipo de sala. Los mismos cocineros ejercen de camareros para así explicar cada uno de platos que llegan a la mesa con todo detalle.
La oferta gastronómica
El Invernadero es un restaurante omnívoro, donde la proteína animal participa como aderezo. Tienen opciones sin gluten, para diabéticos y alérgenos en general. E incluso si eres vegetariano o vegano puedes escoger un menú especial sin proteína animal. Todas sus propuestas siguen la misma línea fina, sabrosa y tremendamente técnica. Sin olvidarnos de sus originales fermentados vegetales: kombuchas, verduras vinificadas, licuados…
¿Más detalles curiosos de este restaurante de alta cocina verde? Las tarjetas de visita, siguiendo la filosofía del local y del chef, germinan al plantarse. Sin duda Rodrigo de la Calle es un pionero mundial decidido a crear un mundo propio y compartirlo.