Los que vivimos en Madrid disfrutamos de pequeñas excursiones a los alrededores de la capital. Visitas a las ciudades más cercanas para disfrutar de su gastronomía. A dos horas, e incluso un poco menos, tenemos multitud de ciudades y pueblos que merece la pena visitar para pasar el día. Burgos, Valladolid, Toledo… Y la lista de pueblos es absolutamente interminable. Hemos hecho una selección de restaurantes a menos de 2 horas de Madrid para disfrutar de ellos en el día. O para un fin de semana gastronómico, que siempre es apetecible cualquier semana de otoño.
- Restaurantes a las afueras de Madrid
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Restaurantes a los que hay que ir al menos una vez en la vida
Valladolid / Foto: Unplash
Landa:
📍 Distancia: En Burgos, 2 horas y 24 minutos.
En la carretera que lleva a Irún, y a pocos kilómetros de Landa, encontramos uno de los restaurantes más famosos de la A6. Sus huevos fritos con morcilla son absolutamente icónicos, y su sofisticado hotel, uno de los mejores lugares para escaparse a dos horas de Madrid. Llevan 63 años dándonos de comer.
«Un escuadrón de camareros vestidos de rojo, de flores y de cuadros te esperan», explican desde Landa. Porque a parte de sus exquisitos platos -de su cordero lechal, de sus ensaladas, de su pepito…-, hay un servicio excepcional que hace que parar a Landa siempre merezca la pena. Eso sí, si tienes que continuar en carretera, tómate tu tiempo. Aquí se necesita sobremesa.
El Almacén:
📍 Distancia: En Ávila, 1 hora y 14 minutos.
¿Cómo describir El Almacén, en la ciudad de Ávila? Cómo ellos lo hacen: «Cocina castellana gourmet con toques creativos, con una cuidada bodega y un sobrio comedor». Uno de esos restaurantes que recomienda la guía Michelin y que por lo tanto, merece la pena conocer. Para probar lo que surge de sus fogones, nada cómo pedir su menú degustación.
Ubicado en un edificio que era una antigua panera de 1880, es uno de los restaurantes que merece la pena mencionar porque tiene una de las cartas de vino más interesantes del país. Eso se debe al buen trabajo del sumiller Julio Delgado Manrique. Y a solo una hora y cuarto de Madrid.
Alquimia:
📍 Distancia: En Valladolid, 2 horas y 11 minutos.
A pocos más de dos horas encontramos Alquimia, uno de los restaurantes más recomendados en la ciudad de Valladolid. «Alta cocina cercana a todo el mundo», así es cómo describen lo que hacen en los fogones. Por eso cuenta con una estrella Michelin. Podemos ir a su zona más informal, Crisol, pero su alta cocina la encontramos en el Laboratorio.
Podemos pedir su menú, pero si queremos probar algunos de sus platos: su rollito de lechazo al estilo chino, su croqueta de kimchee o su sam de panceta, mejillón y tartara. ¿Y de platos? Su abanico ibérico al estilo peruano, albóndigas de jabalí, mole y avellana, tiradito de corvina o su txangurro tex-mex. Interesante, ¿no?
En La Parra:
📍vDistancia: En Salamanca, 2 horas y 8 minutos.
Uno de los restaurantes más sofisticados de Salamanca y que merece la pena conocer. Y solo a dos horas de Madrid. Aquí se viene a probar su menú degustación -solo hay menú-, realizado siempre con producto de proximidad y que va cambiando por temporadas. Hay tres aperitivos, un plato principal, pescado, carne, pre-postre y postre… Además de los clásicos petit fours del café.
¿Un detalle interesante? Los productos ibéricos tienen un papel importante en el menú. No nos extraña, estamos en Salamanca. Hay que aplaudir el trabajo de su chef, Rocío Parra -que ha trabajado con Paco Roncero o Íñigo Lavado- y el sumiller, Alberto Rodríguez Iglesias, que es además, jefe de sala. Para reservar… y quedarse en la parra.
La Cábala:
📍 Distancia: En Toledo, 1 hora.
A solo una hora podemos disfrutar de La Cábala, uno de los restaurantes recomendado por la guía Michelin y la guía Repsol en Toledo. Un proyecto gastronómico interesante que mezcla los productos más tradicionales con recetas y toques de otros lugares del mundo, creando un menú internacional muy interesante.
Perrito de tartar de atún rojo balfegó, tronco de ciervo marinado en cerveza y miel con salsa romesco, cochifrito de cochinillo lechal con patata aromatizado, ravioli de txangurro estofado con crema de azafrán, tacos de maíz con ventresca curada en cítricos, tártara con toque de siracha, hoja de sisho y escarola… Y podríamos seguir. Todo apetecible.
