Nos gustan los cócteles. Nos encantaron los de ISA Gastrobar en el Four Seasons, disfrutamos de los de Salmón Gurú de Diego Guerrero… Cualquier novedad en el mundo de la coctelería la aprovechamos porque nos gusta brindar por la vida con cóctel en mano. Así que celebramos la nueva coctelería que ha abierto sus puertas en la capital. ¿Su nombre? Harrison 1933.
“Durante todos estos años y dándonos cuenta que el público disfrutaba cada vez más de un cóctel en algunos de nuestros restaurantes –como Habanera, Perrachica o Carbón–, decidimos apostar por una coctelería más seria y de autor, en un espacio dedicado única y exclusivamente a ella” nos explica Carlos Moreno, el director de coctelería del Grupo Carbón, que tiene mucho que ver con la apertura de 1933.
Pero aunque haya abiertos sus puertas ahora, es un proyecto que rondaba en la cabeza de sus fundadores antes de toda la pandemia. Pero como ha pasado con muchos restaurantes o locales, su apertura ha tenido que esperar. Y ahora lo celebramos con ganas.»Todo este tiempo nos dio la oportunidad de crear con calma la carta. Aunque el concepto ya estaba más o menos decidido, no estaba definido. Sin duda, es una de las ideas más pensadas del grupo y a la que más tiempo le hemos dedicado”, explica Moreno.
¿Y por qué Harrison 1933? Porque fue el año en el que los políticos Pat Harrison y Thomas H derogaron la Ley Seca. Fue gracias al acta de Ley Cullen-Harrison. Esta decisión tiene una similitud con este nuevo momento de alegría que estamos viviendo, en el que tenemos ganas de beber por la vida.
¿Qué encontramos en Harrison 1933? Cócteles de todo tipo. El Guernica, una versión del daiquiri cubano, con dulce de Málaga, haciendo honor al lugar de nacimiento de Pablo Picasso. ¿Otro cóctel? Como el agua, que lleva vermut Martini Ambrat, con caramelos de eucalipto, aceitunas, rebujito, y bitter-Al Ándalus, además de ginebra Tanqueray. Como te puedes imaginar, se inspira en la canción de Camarón y Paco de Lucía.
¿Es una coctelería con toque español? Completamente, aunque en su decoración podríamos trasladarnos a una coctelería en Londres. O incluso en Nueva York. Y ahora encontramos unos cócteles, como ves, inspirados en las Bellas Artes. Pero habrá que ir visitándolo para ver qué nos ofrece esta nueva coctelería, porque prometen cambiar. ¡Chin chin!
