Cierra los ojos. Imagina el sonido del agua al caer sobre piedra caliente, el aroma del eucalipto mezclado con notas dulces de azahar, la luz tenue filtrada entre arcos de mármol, y una sensación de calma que te envuelve por completo. No estás en Marrakech, pero podría parecerlo. Estás en Madrid, concretamente en Hammam Al Ándalus Puerta de Hierro, el nuevo templo del bienestar holístico que te invita a viajar sin maleta, sólo con los sentidos.
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Un ritual para el cuerpo… y el alma
La experiencia comienza con el cuerpo: baños de contraste, vapor envolvente, piedra caliente, masajes relajantes y tratamientos que revitalizan. Pero el verdadero lujo llega después, cuando el ritmo se ralentiza y todo invita al recogimiento. Espacios de silencio, contemplación y aromas que nos reconectan con lo esencial. Aquí, el agua no sólo limpia, sino que reconcilia.

Con materiales nobles como mármol, piedra natural y latón, Hammam Puerta de Hierro no es sólo un espacio para cuidarse, sino para habitarse. Un refugio frente al ruido, un manifiesto de bienestar consciente en tiempos de velocidad y sobreestimulación. «Queríamos ofrecer algo que no fuera sólo descanso, sino transformación», afirma José María García, fundador de Hammam Al Ándalus. Lo llaman «biensentir»: el arte de sentirse bien, de verdad. Y es que, además, puedes redondear la experiencia con un masaje.
Tras consolidar su presencia en la capital con el mítico Hammam de Atocha y el multisensorial Halma en la calle Barquillo, la marca andalusí da un salto más con su propuesta más ambiciosa hasta la fecha: un centro de 1.526 m² donde se fusiona la estética ancestral del legado árabe con la innovación del termalismo contemporáneo. Un espacio inédito en España que reinterpreta el hammam como experiencia transformadora más allá del spa.

Y después… un festín de sabores marroquíes
Como en todo buen viaje, el recorrido no termina sin sentarse a la mesa. Tras sumergirte en esta experiencia sensorial, el broche de oro está en compartir una buena comida. ¿El destino? Al Mounia, el restaurante marroquí más emblemático de Madrid. Fundado en 1966, este rincón con esencia de riad tradicional ofrece cuscús, pastela, tajines, tés aromáticos y dulces típicos, en un entorno que te traslada directamente a una casa noble de Fez.

Su decoración con azulejos pintados a mano, lámparas de forja y salones alfombrados lo convierten en la extensión perfecta del hammam: un lugar donde los sentidos siguen viajando.