En un mundo donde la tecnología y el diseño parecen ir por caminos paralelos, hay marcas que consiguen unirlos con un lenguaje común: la belleza. La nueva colaboración entre IQOS ILUMA i y Seletti, una edición limitada disponible hasta agotar existencias, es un ejemplo brillante de cómo un objeto funcional puede transformarse en una pieza de deseo. Porque cuando el irreverente universo creativo de Stefano Seletti se cruza con la precisión tecnológica de IQOS, lo cotidiano se convierte en extraordinario.
- IQOS y Marlon desafían a los espíritus inquietos con un reto musical
- IQOS reinventa los veranos con un nuevo dispositivo
- IQOS reinventa la forma de fumar con el dispositivo más COOL del momento
Stefano Seletti sobre su edición limitada con IQOS
Stefano Seletti, director creativo de la firma italiana, no es diseñador ni arquitecto, sino algo más inusual: un contador que decidió hacer del diseño su lenguaje. «Trabajo en la empresa de mi familia desde que tenía 18 años. No soy diseñador, no soy arquitecto. Estudié contabilidad, pero trabajo con el diseño», explica con una naturalidad que define toda su trayectoria.
Su visión se aleja del academicismo para abrazar lo inesperado. «Nosotros no tenemos una tradición. Lo que nos hace sobrevivir es hacer cosas que no haya hecho nadie antes», dice. Esa es la esencia de Seletti: la marca que convirtió una taza, una lámpara o una botella en objetos de culto, que juega con el humor, lo kitsch y la ironía para desarmar la seriedad del diseño contemporáneo.
Su estética, entre el arte pop y la provocación cotidiana, responde a una filosofía clara: darle una segunda vida a lo común. «Trabajamos con objetos de uso cotidiano, pero completamente nuevos. Los hacemos de otra manera», resume. Y esa mirada rebelde, que no busca gustar a todos, («A mi madre, por ejemplo, no le gusta nada de lo que hago», confiesa entre risas), es la que ha convertido a Seletti en una de las firmas más influyentes del diseño italiano actual.
IQOS x Seletti: el objeto cotidiano convertido en joya
En esta nueva colaboración con IQOS, Seletti ha querido llevar su ADN al terreno de la tecnología. «Mi objetivo fue decir: tenemos que hacer algo que no hayáis hecho nunca», explica. Y así nació IQOS ILUMA i x Seletti Edición Limitada, con un acabado dorado cromado y un diseño que convierte el dispositivo en una pequeña escultura.
«La idea era transformar algo que la gente tiene en la mano, que sujeta con los dedos, en una joya», cuenta Stefano. Por eso, cada detalle se ha pensado como si se tratara de una pieza de arte: desde el acabado metálico hasta el estuche, inspirado en los patrones icónicos de Seletti. «Utilizamos nuestro modelo que generalmente es blanco y negro, pero al incluir el color oro en el interior, lo llevamos también al exterior».
El resultado es un objeto que no se esconde en el bolsillo, sino que se exhibe. Una pieza que, como todo lo que toca Seletti, rompe con lo establecido. «No se trata sólo de una disrupción, sino de una revolución en lo que tocamos. Hacemos de cada objeto algo único, especial, que no se haya visto antes así», afirma.
El antídoto contra lo escandinavo
En tiempos donde el minimalismo nórdico domina el diseño, Seletti propone justo lo contrario. «Lo nuestro es un poco lo contrario del diseño escandinavo, que le gusta a todo el mundo. A nosotros nos gusta lo que no se ha visto», explica. Su estilo no busca consenso, sino emoción. Y, en ese gesto, encuentra autenticidad.
«Vivimos gracias a los fans. A la gente que se enamora de nuestros objetos y se convierte en seguidora de la marca», confiesa. Esa comunidad de amantes del diseño irreverente ha convertido a Seletti en sinónimo de creatividad accesible, una marca capaz de hacer que una lámpara con forma de ratón o un plato con estampado surrealista se sientan imprescindibles en cualquier casa cool.
De ‘Estético Cotidiano’ a IQOS: la misma filosofía
Stefano recuerda que su colección Estético Cotidiano marcó un antes y un después en la historia de la marca: «Fue la primera colección que me permitió tener un pequeño stand propio. Convertimos objetos de plástico o cartón en piezas de cristal o porcelana, cosas comunes que se volvían bellas».
Esa misma filosofía se traslada ahora a IQOS. «Lo que hemos intentado hacer también con ellos es transformar un objeto de uso común en un objeto bello, elegante, precioso. Pero que siga siendo algo que tú usas cada día», explica.
El negro intenso y el dorado vibrante de la edición limitada evocan lujo y sofisticación, pero sin perder el guiño lúdico que caracteriza a Seletti. No es casualidad: son los colores de la elegancia con un toque teatral, como si el dispositivo hubiera salido de una galería de arte o de un salón milanés.
Inspiración y evolución constante
Cuando se le pregunta de dónde nace su inspiración, Stefano lo tiene claro: «Ha cambiado mucho con el tiempo. Antes guardaba muchas revistas de arquitectura y diseño… Incluso alguna vez copié, lo digo con sinceridad. Pero ahora mi inspiración viene sobre todo del arte, y de cómo viven mis hijas y mis sobrinas. La nueva generación me inspira mucho. Vivimos de manera distinta a como vivían nuestros padres».
Ese cambio de mirada, de copiar a crear, de observar a reinterpretar, explica por qué Seletti sigue siendo relevante décadas después. Su diseño no busca perfección, sino emoción.
