Nos gustan los lugares con historias y los alojamientos en los que sabemos que han estado grandes personalidades. Porque en cada rincón han podido suceder tantas cosas que es imposible no imaginarse conversaciones y momentos históricos que han tenido lugar. En Londres encontramos muchos lugares así. ¿Uno de ellos? Brown’s Hotel, que vuelve a abrir sus puertas más renovado que nunca.
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¿Y por qué es uno de los hoteles con más historia de Londres? Porque la primera llamada telefónica se realizó desde allí y la hizo Alexander Graham Bell. ¿Te suena? Dormir en un lugar así siempre aporta un halo de magia. Y más cuando podemos ver ese teléfono si pasamos por allí.
A eso hay que sumarle que entre los huéspedes que han pasado por ahí están Agatha Christie, Mark Twain, Winston Churchill... Y más adelante, a personalidades como Mia Farrow o Robert Reford. Ay, si las paredes hablaran. Y precisamente en las paredes encontrarían una decoración diferente, porque el Brown’s Hotel sigue siendo el mismo en esencia pero vuelve renovado.
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Un hotel formado por 11 casas del prestigioso barrio londinense de Mayfair, todas de arquitectura georgiana. Un alojamiento que ahora tiene el sello de la decoradora Olga Polizzi, que ha dejado su sello sobre todo en esas paredes de las que te hablábamos. Porque el papel pintado lo encontramos en cada rincón del Brown’s Hotel. Un papel de Adam Ellis que lo encontramos en las 85 habitaciones y sus 33 suites.
El hotel, que ahora pertenece a la cadena Rocco, pero que tiene ese inconfundible sello inglés que también le ha hecho pasar a la historia. Es imprescindible disfrutar de un té de las cinco en The Drawning Room, una cena en el restaurante Charlie’s o uno de esos cócteles que van acompañados de una estupenda charla, como las de antaño, en el Donovan Bar.
Este histórico hotel vuelve renovado para seguir siendo epicentro de grandes personalidades. Que sigan durmiendo Premios Óscar, Premios Pulitzer, escritores, políticos… Está claro que estos alojamientos tienen tanta alma que deben seguir abiertos durante muchos años. Habrá que volar a Londres para disfrutarlo.