Si hablamos de complementos, pocas piezas pueden compararse en estatus y exclusividad a la codiciada cartera Birkin de Hermès o a determinados relojes Rolex. Sin embargo, la dificultad de hacerse con alguno de estos complementos va más allá del valor económico de los mismos. Hacerse con un Rolex o con un Birkin es prácticamente imposible… ¿Por qué? Es un auténtico misterio permanente y objeto de múltiples discusiones entre coleccionistas. ¿En qué se parecen un Birkin de Hermès y Rolex? En su dificultad para conseguirlos. Hoy te contamos el porqué.
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¿En qué se parecen Rolex y Hermès?
Sí, un Birkin es el accesorio ideal para cualquier ocasión. De la misma manera que un Rolex. Sin embargo, su valor va mucho más allá del concepto de complemento: son una inversión. En el momento exacto en el que un Hermès o un Rolex salen de la boutique en los que han sido adquiridos, su valor se multiplica.
¿Por qué? Debido al principio básico de la economía de la oferta y la demanda, la cual determina tanto los precios como la cantidad de exquisitas piezas disponibles en el mercado.
Ambas marcas se aseguran de que sus bolsos y relojes continúen siendo auténticos objetos de deseo y por ello deciden fabricar un número muy limitado de piezas al año y vendiéndolas según criterio propio, normalmente a sus clientes más leales y distinguidos.
Y te preguntarás… ¿Cuántos Birkin se fabrican al año? ¿Y Rolex? A pesar de su reputación, tanto Rolex como Hermès han mantenido en secreto la cantidad exacta de relojes y bolsos que produce cada año. Esta discreción es parte de su estrategia de marketing y ayuda a mantener la exclusividad de la marca.
Al limitar la disponibilidad, ambas marcas crean una alta demanda y aumentan su valor en el mercado secundario. Además, al no revelar sus cifras de producción, la compañía evita comparaciones directas con sus competidores.
Así que ya sabes, olvídate de entrar en una boutique de Rolex o Hermès y salir con alguna de sus joyas inmediatamente, en su lugar, te verás obligado a unirte a una interminable lista de espera que, puede durar varios años.
¿La estimación? Nunca lo sabremos. Tanto Hermès como Rolex eligen a quién otorgarle el honor de poseer una de estas joyas.
¿Cómo acceder con mayor brevedad? Adquiriendo una suma considerable de otros productos de la marca, en el caso de Hermès, prendas, perfumes, artículos de decoración, marroquinería… Y en el caso de Rolex, otros relojes menos demandados, porque un Batman o un Datejust bicolor, podríamos decir que son misión imposible.
En resumen, obtener una Birkin de Hermès o determinados modelos de Rolex son un desafío que va más allá del simple hecho de tener el dinero necesario. Es un juego de paciencia, fidelidad y esperanza.
¿La recompensa? Un accesorio que transciende tendencias y se convierte en símbolo eterno de elegancia y una obra maestra que pocos tienen el privilegio de poseer.