Si hablamos de Barcelona y su gastronomía cabe destacar cómo empieza una comida típica barcelonesa. Siempre, con una buena rebanada de pan tostado acompañada de ajo y tomate restregado y como toque final un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. El famoso pa amb tomàquet, ¿te suena? De Barcelona podemos destacar excelentes restaurantes por los que viajan incluso celebridades de todo el mundo como Dua Lipa. ¿Conoces Gresca? ¡Es su favorito! La calidad excepcional de la comida típica de Barcelona fascina a quien la prueba –sea del origen que sea–, por su legado gastronómico que se remonta a la época medieval y que sigue sustentándose en el valor intrínseco de los productos catalanes y la zona. Algunos restaurantes están muy cerca del mar, otros de la montaña y, el resto, en pleno centro de la ciudad. Siendo tal el prestigio del chef de renombre Ferran Adrià, si cuando le preguntaron cuál es la mejor ciudad para ir a comer respondió Barcelona habrá que creérselo. A continuación, una selección de restaurantes a los que él mismo acude de vez en cuando porque le encantan.
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Enigma
- Carrer de Sepúlveda 38

El restaurante heredero directo de Elbulli, Enigma, ofrece un menú degustación de 25 pasos por algo más de 200 euros. Aquí se encuentran delicias como una tarrina de gelatina de consomé de perdiz, rellena de erizos de mar en escabeche, acompañado por una ensalada césar de escarola con erizo. También se llevan a cabo juegos en la mesa, como le ocurre al bistec tártaro de wagyu que, mientras se acaba de montar en la mesa, se convierte en una sobrasada instantánea por el añadido de pimienta Tap de Cortí.
Can Jubany
- Carretera. de Sant Hilari.

La propuesta gastronómica de Can Jubany está basada en la cocina tradicional catalana con toques de autor y muchos productos que obtienen de su propio huerto. Entre sus platos destacados, como el arroz del senyoret, se hallan también los canelones, de los que tanto ha hablado Ferran Adrià en alguna que otra entrevista.
Los Caracoles
- Carrer dels Escudellers, 14.

La carta del restaurante sigue teniendo el mismo producto icónico que en 1835: los caracoles especiales, cuya receta ideó el bisabuelo y se mantiene intacta. Cocinados con un sofrito de tomate y cebolla, carne de cerdo y especias, se suelen servir en cazuelita de barro para que no pierda el calor y es conveniente acompañarlos de pan, bebida y servilleta al cuello para trampear lamparones inesperados.
Ultramarinos Marín
- Carrer de Balmes, 187.

Este restaurante-asador que tanto le gusta a Ferran Adrià esconde una brasa y la cocina de producción, donde elaboran chacinas y embutidos. La propuesta y el ambiente giran en torno a la informalidad en la presentación, pero la grandeza de las elaboraciones. Además, de Ultramarinos Marín destaca que no hay una carta de vinos escrita, sino que el equipo especializado es quien aconseja a los comensales.