«Yo me siento torero», dice Fermín Bohórquez, sin dudarlo, en una entrañable y sincera entrevista concedida a COOLthelifestyle. «Torero de a pie o de a caballo, es igual, -aclara- porque torero es quien está con el toro cerca y crea arte con él», nos cuenta con orgullo, con temple y con sosiego, tal y como si estuviera toreando. Por encima de todo, confiesa Fermín, está su amor por el toro que él mismo define como el «animal más bello del mundo» y su «animal preferido». «El enfrentamiento con el toro, esa entrega, esa forma de entenderte con él, esa lucha en la que a veces se gana y a veces no, me ha removido muchos valores», explica Bohórquez, rejoneador y ganadero por decisión propia y por tradición familiar.
Por su venas circula sangre de dos dinastías centenarias, estrechamente vinculadas a la cría del toro de lidia. Es un Bohórquez Domecq. Nació y creció en una dehesa rodeado de ganado de lidia y de caballos españoles. Eligió continuar con ese estilo de vida libremente y a sabiendas de que todas las miradas estarían puestas en él, y que iban a ser muy estrictas y exigentes a lo largo de su vida. «Con los apellidos que yo tengo todo el mundo cree que es mucho más fácil… y al final, es el público quien te juzga por lo que haces en la plaza», reconoce con honestidad. Reconoce también que «el toro es su pasión porque, dice, le ha «transmitido verdad». «El éxito es la competencia con uno mismo», apostilla. «En la plaza estás tú , el toro y el público», comenta.
Aprendió desde la cuna las rutinas y faenas del campo: los tentaderos y herraderos, los concursos de acoso y derribo, la doma de los potros, las estaciones del año marcando el paso, el pienso para alimentar cada día al ganado, la siembra y la recogida de la cosecha… Son muchas y muy variadas las tareas agrícolas y ganaderas que forman parte de su vida cotidiana. Rutinas que le acompañan desde que nació y le hacen feliz. «No hay vacaciones nunca para la gente de campo. Esto es una historia de amor, y de renuncia», explica Fermín para describirnos un peculiar sentimiento que pocos conocen. Algo que, sin duda, imprime carácter.
«A veces no se entiende nuestra vida y se piensa que sería más fácil vender el patrimonio y vivir tranquilamente, pero no se trata de eso», precisa. Él es el tercero de una familia legendaria, dedicada al mundo del caballo y del toro, entre otras cosas. Se trata de dar a los descendientes lo que uno recibe de los antepasados. Legar lo material y lo inmaterial. Fermín Bohórquez, ahora que está retirado de las plazas y del toreo en público, se dedica en cuerpo y alma a proteger a la gente del campo, con sus valores y sus tradiciones. Preside Alianza Rural, la plataforma que aglutina a casi todo el sector rural, con la intención de defender un estilo de vida único y desconocido. Y lo más importante: que se transmitan los valores del campo a las futuras generaciones. Pone en ello todo su empeño.