Ahora que han abierto las fronteras con Marruecos tenemos muchas ganas de volver a Marrakech. De perdernos por su zoco, de tomar un café a la menta. De experimentar el atardecer en el Palais El Badi. Marrakech es una de las ciudades más fascinantes del mundo y tenemos muchas ganas de recorrerla de nuevo. ¿Una de esas paradas en la ciudad? Beldi Country Club.
Y es que este club es un oasis en la zona, con Marrakech a un lado y la cordillera del Atlas al otro. Y 15.000 rosas alrededor. Un lugar mágico donde escaparse a pegarse un baño, tomar un té a la menta en su magnífico invernadero o tomar el sol en una de sus fantásticas hamacas. O pasear entre sus buganvillas. En Beldi Country Club cualquier plan es bueno.
Quizás te suena porque Poppy Delevingne celebró su boda aquí. Y no nos extraña, es un lugar mágico donde ver pasar el tiempo. Y a los planes de antes hay que añadirle sus talleres de cerámica, cocina… Y por supuesto, sus restaurantes. No hay que olvidar que Beldi Country Club es una de esas direcciones que hay que tener en cuenta para comer o para cenar.
Al lado de la piscina encontramos El Badia, con cocina marroquí y mediterránea realizada con productos de sus huertas. Porque aquí el kilómetro 0 es importante. Hasta el pan lo realiza su propio panadero. Aunque eso sí, cuando hace más frío el restaurante se traslada al invernadero, que no es mala opción. Es uno de los rincones más bonitos de Beldi Country Club. La opción más nocturna es Le Palmier Fou, con platos especiales con el sello del chef que van variando según lo que haya en el despensa y que se pueden conocer estando pendiente de sus terrazas.
Si queremos seguir la comida o la cena con un cóctel, nos trasladamos al Cactus Bar. Podemos disfrutar de él en el jardín, con sus árboles centenarios alrededor… O de ellos en uno de los salones frente a las chimeneas. El plan perfecto para acabar el día. ¿O no? A no ser que quieras hospedarte en una de sus 38 suites… Porque a Beldi Country Club se va a pasar el día, pero también a pasar la noche.