¿Y si preguntar sobre tu signo del zodíaco pudiese ayudarte a elegir vino? Esta compatibilidad no sólo sirve para hablar de compatibilidad amorosa, también para hablar de compatibilidad etnológica. Cierto es que, si nos detenemos a pensarlo, tampoco hay mucha diferencia entre uno y otro. Y saber conocer cómo descifrar nuestro signo del zodiaco para encontrar el vino perfecto es todo un arte para el que, por suerte, no hace falta ser experto. Sólo se necesita una guía y conocer un par de detalles. ¿Preparado para encontrar tu match en una cata?
- Ni Piscis ni Capricornio: estos son los signos del zodiaco con más potencial para hacerse millonarios
- Las joyas que deberías llevar según tu signo del zodiaco
Conocer las particularidades del signo del zodiaco puede ser un atajo a la hora de aventurarnos a describir diferentes vinos. No nos hará grandes expertos sumillers, ni mucho menos, pero sí que puede ayudarnos a sorprender a nuestro acompañante eligiendo unas etiquetas u otras.
Antes de nada, empecemos con una guía básica del zodiaco. Como bien sabrás, hay doce signos del zodiaco, repartidos durante el año. Así que cada persona tiene, según el día y el mes del año, un signo asignado.

Pero también un ascendente, que dependerá de la hora, el lugar y la fecha del nacimiento. Esto es porque el signo ascendente se calcula a partir del signo que se encontraba en el horizonte oriental en el momento del nacimiento. Y antes de que empieces a preguntarte cómo puedes saberlo, te aconsejo ir directamente a tu carta astral, ese mapa que te dice la alineación de los planetas en el momento exacto de tu nacimiento.
Bien, hasta aquí la base que ya conocíamos, pero dentro de la rueda del zodiaco hay otra agrupación a través de la cual los signos se agrupan en cuatro grupos más grandes, llamados familias celestiales. Cada uno de ellos, correspondiente a un elemento, de modo que nos encontramos con los signos de fuego (Aries, Leo y Sagitario), tierra (Tauro, Virgo y Capricornio), aire (Géminis, Libra y Acuario) y agua (Cáncer, Escorpio y Piscis). ¿Es algo relevante? Lo cierto es que sí, porque los signos que se agrupan en una misma familia tienen su propia forma de funcionar, de actuar y de pensar. Y esto nos ayuda a conocernos mejor.

Llegados a este punto toca preguntarnos, ¿cómo puede el signo del zodiaco ayudarnos a saber qué vino será el indicado? Creo que nos encontramos en el momento perfecto para rescatar una frase de Louis Pasteur. Fue un químico y microbiólogo francés, sí, pero se dice que también un enamorado de los vinos y por eso se le atribuye la frase: «Hay más filosofía y sabiduría en una botella de vino que en todos los libros«.

El vino tiene carácter, es un elemento vivo que habla de personalidad, del terroir y cuyo crecimiento también depende en cierta medida de la astrología. Vemos en ello los principios de la viticultura biodinámica que asignan a cada fase lunar diferentes actividades y efectos en la vid y el vino.
Aquí la clave: cuando juntamos nuestra personalidad con la del vino, podemos hacer que la experiencia enológica se convierta en un auténtico match gastronómico. Ya tenemos en cierta medida la base, así que es momento de saber qué vinos son los que nuestro signo zodiacal nos recomienda.
Afinidades enológicas
Rescatemos ahora las cuatro familias celestiales, porque a través de ellas podremos encontrar esas cualidades que determinarán qué tipo de vino o de notas deberemos buscar en nuestra copa.
Fuego: Aries, Leo y Sagitario
En rasgos generales, la astrología nos cuenta que en fuego encontramos tres signos fuertes, pasionales y en cierta medida algo cabezotas. Cada uno tiene sus matices, pero todos ellos comparten una determinación y una búsqueda intrínseca por vivir emociones y poseer una energía desbordante.

Esta fuerza encuentra su «yan» en las notas frutales. En vinos intensos donde se abren paso las notas cítricas y tropicales, así como el toque a frutos secos que dejan las uvas Tempranillo o Cabernet Sauvignon. Estos vinos se caracterizan por aromas intensos que hablan de técnica. Y aunque la mente pueda llevarnos a vinos dulces, dentro de las notas frutales se abre paso toda una amalgama de blancos, rosados o tintos jóvenes que pueden encontrarse en un vino seco o semi dulce; incluso dejando paso a las burbujas de los espumosos o el champagne.

Tierra: Tauro, Virgo y Capricornio
Nunca antes «tener los pies en la tierra» había servido para poder describir con tanta precisión a un grupo como el que forman los signos de tierra. Son prácticos, funcionales y muy racionales. Serían esas personas a las que les gusta disfrutar siempre de los mismos placeres de la vida, que buscan la estabilidad y con cierta parte de concienzudos.

Son signos de tierra y, por tanto, lo que mejor van a disfrutar en la copa son vinos que hablen de terroir. Vinos confiables, serios y concienzudos y que, al beberlo, da la impresión de que el vino cuenta una historia, la de los elementos que le rodean y la mano del viticultor.

Aire: Géminis, Libra y Acuario
Casi en el otro extremo encontramos ese encanto y esa sociabilidad de los signos de aire. Su familia celestial les describe: son personas abiertas, adaptables, sensibles. Que en cierta medida también tienen un cierto punto cambiante y que les llena de indecisión.

Y esto mismo buscan en su vino, esos matices que hacen que sea suave, ligero, que todo fluya con la máxima facilidad y encanto. Por eso necesitan que su vino sea sencillo, adaptable a cualquier momento. Buscamos para ellos vinos frescos, aromáticos y fáciles de beber. Como bien pueden ser los vinos dulces, decantándose más por blancos y rosados.

Agua: Cáncer, Escorpio y Piscis
Los signos de agua son conocidos por ser emocionales, intuitivos y sensibles. Siempre conectados a sus sentimientos, son esas personas capaces de profundizar en el diálogo que se establece en nariz y boca con una copa de vino. Buscando siempre encontrar los matices que despiertan en ellos esas emociones.

Con ellos abrimos pasos a los sabores herbales, al toque que deja la madera durante largas crianzas. En definitiva, vinos que hablan de tiempo, de técnica y donde los viticultores dejan su savoir faire para hacer que sean únicos y auténticos.

